(Pov: Lina)

Estoy acostada en mi habitación, después de lo que pasó en el gimnasio con Lena y los demás. No puedo dejar de pensar en la buena sensación que fue sentir el toque de esa chica sobre mí, desearía poder sentirlo de nuevo.

Ha sido muy difícil para mí todos estos años sin mi hija, sin poder ver sus primeros pasos. Salen tus primeros dientes, el sonido de tu llanto…

Después de quince largos años cargando esta tristeza en el pecho, el anhelo que siento me va matando poco a poco cada día que pasa, pero necesito ser fuerte por mis otros dos cachorros, pero un hijo no reemplaza al otro.

- ¡Lina, mi amor!- Nicollas entra a la habitación y se sienta a mi lado en la cama - ¿Cómo te fue en el gimnasio? - pregunta con curiosidad.

- Pasó algo extraño - Respiro hondo - Antes de poder ir al gimnasio sentí una extraña agonía, una opresión en el pecho y hasta mi lobo se inquietó - Me detengo un momento para mirarlo y encontrarlo escuchando a cada palabra con atención - Cuando llegué me ente