CARISSA BRITOS Luciano y yo nos vestimos de gala. Marina cumplió su promesa de invitarlo para que fuera mi acompañante en su boda y no pude estar más de acuerdo, salvo por un pequeño detalle... él atrajo mucho la atención de unas mujeres bastante atrevidas, las amigas de la novia. -Debería haber traído el pegamento- Le dije al oído -¿Se te rompió el tacón?- Casi estuvo a punto de agarrar mi pierna para examinar pero lo detuve procurando no soltar una carcajada -Temo por tu seguridad. Un mínimo descuido y te desnudan aquellas mujeres. Si no lo quieres deberías pegarte la ropa al cuerpo- Extendió su mano y me llevó a bailar, ¿Cuántos años hacía que yo no vivía un momento así? -Entonces será mejor que no te despegues de mi- Siguió la broma y yo intenté seguirle el paso. Quien lo viera tan serio y con la cadera tan suelta, toda una caja de sorpresas -Hay varias chicas rubias, puedes escoger- Le guiñé el ojo y las miró con aburrimiento- Podrías tener tu propio club de admirador
CARISSA BRITOS Amanecí abrazada a Luciano. Él estaba en ropa interior y yo de la misma manera. Me toqué para comprobar que todo estuviera en su sitio e intenté apartarme con cuidado para poder vestirme. Los recuerdos llegaron de repente dándome la explicación del por qué de mi estado y todo fue comprensible rápidamente. Me emborraché de tal manera que vomité mi vestido. Luciano intentó ayudarme pero me metí a la cama tal como estaba. Fue una noche estupenda que tuvo algunos contratiempos debido a la malinterpretación por no beber. No sé si pueda ser posible revertir este problema, pero decidí que debía ir a visitar al doctor Ferro nuevamente. Si la dieta que estoy realizando realmente puede brindar buenos resultados a largo plazo, los valores alterados deberían de estar mejor ahora que han pasado meses desde que empecé el tratamiento orgánico. Naturalmente, Luciano y yo tuvimos una nueva anécdota para contar y la certeza de que nuestra amistad era más fuerte que nunca. Él
DUSTIN ULIBARRI Mireya volvió a irse y Shadow volvió a visitarme, pero esta vez se veía tan diferente. Algo en su energía había cambiado, estaba más ¿Relajada? La desnudé y luego de hacer el amor fue que descubrí una marca en su brazo. -Fui al médico. Me hice un análisis- Explicó y comprendí que su piel es demasiado sensible Mi mente divagó en como sería ella si dejara que le pusiera esposas, ¿Cómo quedaría su piel? Aún bajo el riesgo de poder ocasionarle algunas marcas, eso no hace que deje de desear y fantasear con eso. ¿Estoy mal? -¿Estás enferma o sucedió algo?- Se movió en mis brazos buscando mayor comodidad y me acarició la mejilla con suavidad -Sabes que tengo un problema de fertilidad y me sentí ansiosa por saber si lo que estoy haciendo rindió sus frutos. No recuerdo si te dije que estoy haciendo una dieta para intentar encontrar un equilibrio en mis valores tan alterados- Asentí y cerré mis ojos disfrutando su caricia, aunque pronto los abrí para mirarla fijame
CARISSA BRITOS Mi período llegó pocas horas después de regresar del club fetichista. Mi período era muy irregular debido a mis valores hormonales tan alterados, por lo que hacía más de un mes que no me llegaba. Es muy poco confiable la fecha, así que solo mantengo métodos femeninos de reserva para situaciones de emergencia. "Al menos disfruté porque quien sabe cuantos días va a durar esta vez" Dije con una sonrisa en los labios. Hubo períodos que duraron dos días, otros ocho y otros solo tres. Quité de mi mente la sola idea de asistir al club la próxima semana y descansar como es debido. Cuando llegó el momento de asistir al médico algunos días después, fue cuando sentí verdadero pánico. Quiero creer que todo mi esfuerzo no fue en vano porque hay ciertas comidas que me provocan ganas de morirme por lo insulsos que son. Al entrar al consultorio mi corazón latía aún más rápido que cuando estoy por llegar al orgasmo en el club. Santo cielo, que nervios. -Carissa, ¿Cómo te e
CARISSA BRITOS Llegué al club sabiendo que este día acabaría la mejor aventura de mi vida, ¿Por qué? Fue la intuición empresarial que llevo dentro por mi propia experiencia. Yo lo sabía bien, ¿Cuánto tiempo podría estar sin comenzar en el nuevo empleo? Las semanas pasaban sin detenerse. Al llegar ví en sus ojos esa mirada, la que confirmaba lo que creía que sucedería. Así que pensé que la pasión podría demostrar cuánto lo extrañaré. Hace varios días cometí una locura de la que no me arrepentiré jamás. Yo jamás creí que haría algo como esto, mucho menos guiado por un hombre del que desconozco el nombre. Me hice el tatuaje de un pequeño, delicado y realista par de esposas de piel en color rojo sobre el costado izquierdo de mi cadera. Marina quiso acompañarme, aunque eso le costó gran esfuerzo por el temor a las agujas. Me dolió, pero mereció el esfuerzo y el dinero que pagué por él. Se veía sombreado, delicado, increíble. Parecía demasiado real y casi podría intentar tocar las
DUSTIN ULIBARRI Se terminó y apenas podría haber sido el principio en otras circunstancias. La noche grandiosa que pase con Shadow se convirtió en una de mis favoritas, tal vez la única en la que pude tener el control absoluto de la situación, aunque sin llegar a extremos. Su tatuaje, aquella marca inolvidable que llevará en lugar de mi nombre fue la cereza del pastel. Pienso que historia contará cuando alguien lo vea. Cualquier hombre creería que es digno de una chica salvaje, pero yo sé que no se trata de eso. Es la culminación del mayor secreto que guardamos, de las mejores y más apasionantes noches para los dos. Me gustaría volver a verla y se que haría el sacrificio de poder volver al club, pero ella merece algo mejor que estar esperando por mi. No tenemos día, mucho menos horario y somos desconocidos detrás de tantas noches compartidas. ¿Cómo podría pedirle que viniera y me esperara aquí? No puedo, sencillamente no puedo y ella merece algo mejor. A mí mente llegó el re
NARRADOR Dustin intentaba que su relación con Mireya fuera lo más relajada posible después de la amigable ruptura. No era tarea fácil, pero se mantenía optimista al pensar que a medida que el tiempo transcurriera se volvería más sencillo para los dos. Para Mireya, aceptar que Dustin ya no la amaba era doloroso. Se había concentrado tanto en sus estudios que no se había dado cuenta que él había dejado de amarla como lo hacía antes. No quería pensar en que existiera otra mujer, eso sería aún más difícil. Le deseaba lo mejor, una vida colmada de bendiciones, pero le costaba imaginar su futuro sin él. Mientras tanto, para Carissa planear un fin de semana se volvía difícil. Extrañaba ir al club, quería ver a su chico misterioso pero sabía que él no estaría allí. ¿Con que propósito iría si no era para verlo? No quería conocer hombres y mucho menos ir al cuarto con alguien nuevo que no la conocía. Ella era consciente de la clase de peligro que suponía para su cordura y salud mental. E
CARISSA BRITOS Luciano por momentos tenía escalofríos y sobresaltos por el accidente. Él no se llevó la peor parte, aunque su coche derrapó un poco sobre el pavimento a causa del choque y de la lluvia. ¿Vamos a dormir? Tendrás que prestarme algo- Miré mi atuendo formal empresarial y lo descarté como pijama. Mi ropa podría servir para dar una mejor impresión de mi misma y para mostrarme segura, pero para dormir no era cómoda -Ahí tienes mi armario, busca lo que tú quieras. ¿Podemos ver una película? No me siento capaz de dormir. Ver tanta sangre y esa herida...- Se estremeció -Tampoco tengo sueño- Mentí. El cansancio del día me comenzaba a pasar factura Del armario tomé una camiseta que me llegaba a los muslos. Intenté ponerme un pantalón pero se me caía, así que prescindí de ello. Había dormido hasta en ropa interior y ebria en su compañía, cubrirme era por pudor, no por miedo. Busqué una película que no involucrara accidentes y cuando ví a Luciano dormir fue que hice