AMIN

- ¡Mierda! ¡Que demonios!

Salí de la habitación, porque no podía mirarme los ojos verdosos llorando, y a los pocos minutos vi deseo, a pesar de la rabia no tenía el dolor, decepción que vi en el momento que dije esas cosas que salieron de mi boca.

- ¿Por qué soy así?

- ¿Por qué tengo el pecho apretado?

- ¿Por qué me pone tan furioso y tan cachondo al mismo tiempo?

- ¿Pero qué demonios...? ¿Cómo puede ser tan atrevida y desobediente?

- Nunca he estado así antes...

- ¡Infierno! ¡Infierno! Tal y como estoy hoy mataré a una docena en un santiamén.

- ¿Por qué estoy tratando de explicar mi comportamiento si fue su culpa?

Si me invade la ira y el odio puro, fue después de oír a la atrevida decir que quería ser de otro, incluso después de lo que pasó entre nosotros dos.

El deseo irrefrenable que sé que siente por mí desde que nos vimos por primera vez, incluso cuando no sabía quién era yo, soñaba conmigo, sentía mi presencia y sin importarle lo que yo hiciera, me deseaba y se entregó en