Alexandra sonrió al camarero, agradeciéndole por el café, estaba nerviosa, tenía más de un año desde que empezó a vivir en Italia, había perdido contacto con Viktor hace mucho, luego de que regresó de Rusia, tardaron tres meses en volver a encontrarse, el hombre le invitó un café y charlaron durante horas. Alexandra había tenido la esperanza de que se convirtieran en amigos, pero él había dejado en claro que no estaba interesado en seguir en su vida luego de lo que su familia le había hecho.
En cuanto a los Romanov, ella había hecho algunas investigaciones, más que todo eran simples noticias populares de rusia, Pietro se había “suicidado” y su “hija” había desaparecido, mientras que Irina y Klaus parecían haber comprado la compañía antes que cualquiera pudiera obtener algo de las acciones, en cuanto a Nikolay, seguía siendo el dueño de su compañía y algo sobre inmobiliarias que ella realmente no entendía, se había hecho publico su divorcio luego de un par de semanas, y la pr
Luego de dos años viviendo en Italia y finalmente siendo libre de su pasado, Alexandra se sentía libre, sus padres, a quien finalmente había aprendido a aceptar y adorar, le habían hecho conocer sus verdaderas raices y le habían mostrado que la vida tenía mucho más para ofrecer de lo que ella jamás habría aspirado en su pequeño rincón del mundo. Aunque había cambiado su nombre y su apariencia, el miego de que volviiera a suceder lo impensable la acechaba, a veces se sentía vigilada, con el constante temor de que Nikolay el ruso imponente que le había secestrado una vez, volviera a aparecer en su vida, Alexandra ignora el verdadero peligro, pero cuando el pasado intenta atraparla de nuevo, se encuentra con una persona inesperada, y en esta ocasión, tiene la libertad de escoger a quien amar.
Alexandra miró la hora e hizo una mueca, eran casi las siete y aún no terminaba de arreglarse, se miró al espejo, el cabello teñido de negro estaba amarrado aún en un moño, mientras intentaba maquillarse siguiendo un tutorial algo atrevido, tal vez debió haber pedido ayuda a Anastasia, su madre biológica, la mujer tenía un sentido de la moda bastante imponente, pero había querido hacerse la interesate y fingir que de hecho sabía algo sobre delineados en sus parapados caídos. Pero tenía que admitir que estaba emocionada, en los dos años y medio que llevaba en Italia, realmente no había hecho demasiadas amistades, un par de compañeras en su trabajo y su compañera de habitacion era las unicas personas con las que interactuaba a parte de sus padres, así que finalmente había decidido finalmente tener una cita, bueno era una ita a ciegas, se había inscrito de forma impulsiva en uno de esos juegos donde tenía que charlar con un extraño tras otro por cinco minutos y decidir si queri
Viktor se detuvo antes de ingresar al supermercado, estaba actuando como un acosador de mierda, así que se resisitió a su impulso de seguirla en el interior, se sentía algo avergonzado por haberla encontrado en un evento de citas que él mismo consideraba una tontería, peor lo había hecho como favoy a un amigo, ya que faltaba llenar un cupo, y un pr de euros extra nunca caen mal.A demás, había considerado por un ligero momento, el hecho de que tal vez conocer a un mujer y empezar a salir en luar de follar a cualquiera que se le cruce por delante, tal vez no sería tan malo, llevaba casi deiz años viviendo en Italia, solo haciendo un par de trabajos sucios en todo ese tiepo, el ultimo de ellos, haber asesinado a Pietro. Luego de aquello, había regresado a su vida en Italia, durante un par de meses se había quedado alrededor, atendiendo a las necesidades de Alexandra, la mujer se había hec
Durante una semana, Alexandra se sintió completamente perdida en sus pensamientos, el la escuela, había echado a perder un examen importante por distraerse, en casa, habia provocado un pequeño incendio al dejar una vela demasiado cerca de las cortinas y había sido casi atropellada más de una vez debido a que estaba ensimismada.El encuentro con Viktor la había dejado completamente fuera de juego, y el hombre solo había fingido un beso, mierda, fue mucho menos que eso, pero ella malditamente había crído que sí iría por el beso y su cuerpo había respondido tan malditamente fácil. Ella había podido rogar por ese beso en otras circunstancias, pero al saber que al igual que antes el simplemente estaba intentando protegerla, y claro.Tabién estaba el asunto de su acosador, que ahora estaba oficialmente aterrandola, se sentía vigilada todo el tiempo, lo que le
Alexandra fue interrogada, al parecer el condón que uncontraron en el coche no había sido utilizado, pero era una evidente amenaza, o por lo menos tenía la intención de serlo, luego de que le hcieran las preguntas rutinarias, finalmente pudo encontrarse con su padre, quien hablaba con Viktor de forma seria, lo que la hizo sospechar un poco sobre la posible intención de su supuesto salvador.Bruno, al verla le abrazó con fuerza— Principessa, te llevaré a casa — anuncia su padre, el hombre lucí despeinado, por lo que probablemente había estado pasando sus manos por el cabello debido a la preocupación, Viktor carraspeó— Si me disculpan, me retiro, tengo trabajo que hacer —dijo, pero antes tomó la mano de Alexandra y la besó gentilmente, lo que hizo que su piel respondiera — Prometo que no dejaremos que nada te suceda, dolcesa.— &i
Alexandra se arregló un poco en el coche, fingiendo indiferencia, si el hombre quería jugar, ella le demostraría que podía ser muy buena, así que envío la confirmación para su cita a Remi, un chico de Tinder con quien había estado hablando tentativamente durante un par de semanas, y que finalmente pensaba conocer en persona, Remi era un corredor de bolsa de treinta años, según su fotografía era atractivo, con el cabello corto y una linda sonrisa.Al llegar al restautante pidió una mesa en la zona externa del local, y Viktor una junto a ella, pero al igual que haría con un guardia de seguridad diferente, lo ignoró, a pesar de que el hombre mantenía una expresión impasible mientras ordenaba algo de comida, ella sacó su bolso y se miró al espejo de nuevo, recién había salido de sus clases, por lo que su cabello estaba amarrado en una coleta
Alexandra se sentía mortificada, pero consiguió sobreponerse, el hombre parecía estar conteniendose y ella lo detestaba, sabía que no le era indiferente, sabía que había algo entre ellos solo esperando por salir— Dame una razón —pidió finalmente, apartandose y tomando su bata, había sentido la necesidad de aliviar su frustración al utilizar a Romeo, luego de una cita de mierda y su deseo por Viktor parecía surgir repentinamente, y el hecho de que él la ignorara parecía tocar una fibra sensible en ella — Dame una razón de peso por la que no podemos siquiera intentarlo y te dejaré en pazUna vez propiamente cubierta, se giró de nuevo hacia Viktor, pero al gial que en ocaciones anteirores, él simplemente ya no estaba, ni siquiera un movimiento, antes de que ella pudiera salir de la habitación, el sonido de la puerta cerrars
Una vez llegaron a la casa segura, Alexandra se sentó en un sillón de aspecto polvoriento y miró a sus pies mientras Viktor aseguraba cada rincón de l casa, instalando cámaras y siguiendo algún tipo de protocolo de seguridad, ella no estaba segura de en donde se encotraban, solo que habían conducido toda la noche, y lo ultimo que le había dicho su padre era que se verían pronto, y que estaría asegura. Pero su cabeza se entía pesada, su corazón dolía por alguna razón y el temor que sentía antes parecía hacberse desvanecido, pero la sensación de estar entumecida no se iba por completo, le costaba pensar con claridad ¿realmente valia la pena rehacer su vida? Cuando finalmente consiguió reaccionar, se puso de pie y caminó hacia Viktor, el hombre estaba instalando una camara de seguridad que apuntaba hacia la pequeña sala, al sentir su presencia, la miró, y por un segundo ninguno dijo una palabra, Alexandra lo observó, el hombre era atractivo, tenia una barba de un par de