—Janet, ha comenzado de nuevo— dijo Sasha en su teléfono.

—¿Que tiene?— La voz de Janet se escuchó desde el otro lado.Sasha podía sentir la confusión en su voz y lanzó un profundo suspiro.

—Las flores. Ha comenzado de nuevo.

—¿Qué? ¿Las noventa y nueve rosas blancas? ¿Las flores misteriosas?

—Sí. Todo lo que acabas de mencionar es un sí— Sasha hizo una pausa —Recibí uno anoche y es tan hermoso como siempre— acarició el pétalo de una rosa blanca —Lo que no daría por conocer al remitente, es como si él  sabe cuando mi estado de ánimo está deprimido y siempre quiere hacerme sonreír con sus flores y para ser honesta, siempre lo hace. Siempre que veo las flores no puedo explicar estos cálidos sentimientos que siempre me inundan y cuando leo las notas,  contiene las palabras más hermosas.

—Em ... Sasha, ¿estás segura de que no estás enamorado del remitente?— Janet preguntó preocupada.Sasha se río entre dientes suavemente.

—No lo sé, pero cada vez que pien