Capítulo 888
—Planeo llevarlo mañana a Ciudad Jim para entregárselo a Ioan. Es algo propio de nuestra casa, tiene un significado especial, ¿sabes? —Sonreí diciendo.

—Esa pareja también da pena, ¡no tienen ni un hijo! Si su hijo siguiera con vida, ellos dicen que sería casi como los nuestros. —Al recordar cómo era Ioan, me sentí inquieta por dentro, murmurando para mí misma—. ¿Quién sabe cómo estará tía Fidalgo?

Patricio asintió.

—¡Entonces llévalo! Y lleva una canasta para Luis también, mañana te llevo al aeropuerto. —La verdad, me sentí muy aliviada; Patricio nunca se opone a lo que deseo.

Sin darnos cuenta, ya había oscurecido. Si no fuera porque ya no se veía claro, probablemente habríamos seguido disfrutando del tiempo en el huerto.

Patricio dio la orden.

—¡Ya está bien! Dulcita, Julieta, por hoy dejémoslo así. Si no, tu abuela vendrá al huerto a buscarnos.

Mi papá mandó a recoger algunos jackfruits grandes para llevarlos también al edificio.

Justo cuando salíamos del huerto, Kevin llegó en su
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