Capítulo 190 Palabras Cruelmente Sorprendentes
Nos divorciamos, pero mi INE sigue en manos de Hernán.

Necesitaba la identificación para hacer trámites en el jardín de niños. Después de pensarlo mucho, decidí marcarle a Hernán, pero la que contestó fue Sofía. Cuando contestó, me espetó: —¿Todavía tienes dignidad? ¿Cómo te atreves a intentar seducir a Hernán?

—¡Haz que Hernán conteste el teléfono!— No discutí con ella, simplemente le dije de manera tranquila.

—Eres una desvergonzada...— Dijo eso y colgó.

La acción de Sofía me enfadó mucho. ¿Si no fuera por mi hija, le habría llamado? Pero ahora no tenía elección, tenía que seguir marcándole.

Llamé varias veces y todas fueron colgadas. Estaba muy enojada, así que decidí ir directo a la empresa de Hernán.

Entré a la Corporación Wharton y vi a muchas personas conocidas. Se pusieron incómodos al verme, pero yo ni siquiera me molesté en saludarlos.

Si estuvieron del lado de Hernán para intimidarme, no necesitaba saludarlos.

Ignoré su existencia y golpeé la puerta de la oficina de Hernán,
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