Apoyé la cabeza en el hombro de Charles mientras mi corazón se ralentizaba y el aire regresaba a mis pulmones. El cuerpo todavía temblaba ligeramente.Sentí su pecho moverse con el intenso latido de su corazón. Sonreí, sabiendo que mi “el cantante” sentía lo mismo que yo, el placer y el amor en cada toque mutuo.- Te amo Carlos. - dije, sin moverme de donde estaba, sintiéndome más segura que nunca en toda mi vida.- Te amo, Sabrina. Y amaré por siempre. Y no importa qué más pidas... Olvida tus planes, porque ya no me separaré de ti y de Medy.- ¿Promesa? Lo miré, viendo la calma en sus ojos verde esmeralda.- Promesa.Lo besé con ternura, saboreándolo mezclado con champán, el aroma del sexo y la lujuria llenando la habitación.Mis días de gloria habían llegado. Él era todo lo que quería desde el principio. Y después de años, estaba allí, conmigo y nuestra hija, cumpliendo nuestro deseo, su pedido a Santa Claus.- ¡Charles, es Navidad! - dije, bajándome de él, emocionada.- Nuestra pri
- ¿Qué hacemos ahora? – le pregunté a Charles mientras salía de la ducha, pasándose una mano por el cabello, sin secarlo – No podemos vivir en un hotel para siempre.- No tengo prisa, pequeña... Es genial estar aquí encerrada contigo. - Me dio un ligero beso en los labios, yendo a buscar un atuendo en la maleta, que no había desempacado.- Los hoteles son muy impersonales... Y fríos.- Podemos prender la calefacción... - Se rió y le tiré una almohada.Charles se puso una camiseta blanca y jeans, con la chaqueta de cuero encima. Se miró en el espejo y observó, hablando de la chaqueta:- Parece que te queda mejor a ti que a mí...- Nunca... Es tu marca registrada.- Tengo varios ... Pero este es el más especial.- Lo sé... - Sonreí, tirándome de nuevo en la cama, aún en pijama.- Te juro que es difícil dejarte. Me miró serio.- Incluso iría contigo ... Pero está lejos. Me desperté un poco mareado hoy.- Lo sé, niña. Mi vida es complicada en este momento. Rara vez me detengo en cualquier
Mariane miró a Charles con enfado y luego a mí con desdén y se fue, tirando con fuerza de la puerta, cerrándola de un portazo.Abrí mis manos para asegurarme de que estaban tan temblorosas como mi cuerpo.Charles se me acercó y me abrazó:- Cálmate... Estoy aquí. Va a quedar todo bien.- Yo... estoy tratando de volver a la cima, ser fuerte, hacer que el culpable pague ... Pero a veces quiero tirar todo por los aires e irme, los tres solos, lejos y olvidarnos. todas.- Ya te hice esta propuesta, mi amor. No me importa quién lo hizo o por qué. Estamos juntos y eso es lo que importa... Y con dos hijos. ¿Qué podemos querer más?- ¿Justicia?- ¿De qué sirve saber quién fue el culpable? Ya me quitaron la libertad durante cuatro años. Y nada hará que este tiempo vuelva.- ¿Y los vamos a dejar impunes? ¿Y si siguen queriendo separarnos y hacer mal a nuestra familia? No sé si podría creer que los Rockefeller aceptarían nuestra relación... No después de lo que nos han podido hacer a ti ya mí en
Me desperté envuelto en los brazos y piernas de Charles Bailey. Sí, se sentía como un sueño otra vez. Mejor me acostumbro a que sea real, que estuvimos juntos y que sería así para siempre.Podía levantarme, pero prefería quedarme allí, despierto, sintiendo su cálido aliento en mi cuello, incluso en sueños, abrazándome como si pudiera escapar de él.Suspiré, aún sin poder creer que estaba completa y feliz después de tanto tiempo.Sentí un beso en mi cuello y sonreí, sin moverme.- ¡Buen día mi amor! - escuché su voz aún soñolienta en mi oído.- Creo que es una de las mejores mañanas que me he despertado. – confesé.Charles me giró hacia él, mi cabeza estaba apoyada en su brazo, que él apoyó con el codo en la almohada. Los ojos verdes parecían más claros y atractivos. La luz que entraba por la ventana lo hacía aún más hermoso, con su pecho desnudo y su cabello desordenado.- Será aún mejor, créeme.- ¿Debería tener curiosidad?- Sí… – sonrió – ¿Puedo besarte por la mañana, mi esposa y m
Charles me tomó por los hombros y dijo:- Sabrina, por favor, vivamos este momento. Olvídate de estas cosas, al menos por ahora... Sólo unas horas, ¿quieres?Tomé una respiración profunda, tratando de calmar la ira dentro de mí.- Voy a intentarlo.- No olvides que estás embarazada. Necesitas tener un embarazo tranquilo.- Tienes razón... Todo ha sido muy revuelto con Melody.Carlos me abrazó.- Vamos, vamos a alcanzarlos y ver las habitaciones que han elegido.Mientras subíamos las escaleras, noté que todo estaba tal como lo dejamos hace años.Cuando abrí la puerta de la habitación donde nos alojamos, que tantos recuerdos me trajo, vi a Melody de pie, mirando por el balcón al mar. Mi corazón casi explota de emoción. Una película se reprodujo en mi cabeza, de todo lo que sucedió en ese lugar. Yo era un adolescente, tenía 18 años y ya sabía exactamente lo que quería: el cantante de bar.Charles apretó mi mano y caminamos hacia ella, sorprendiéndola mientras observaba todo frente a ella
- ¿Como asi? Charles arqueó una ceja.- Hice una cita con Colin... Mañana a las 5 pm en la gasolinera del centro.- ¿Qué? ¿Vas a ver a Monaghan?- Colin es el novio de Yuna. – explicó Melody.- ¿Como asi? Carlos estaba confundido.- No es el novio de Yuna. Melody había fantaseado con eso desde el momento en que lo vio.- ¿Ella puso los ojos en él? ¿Cuándo?- Me gusta Colin... Es agradable. Melody parecía que quería joderme.- ¿Le presentaste a Colin a Melody? - Su voz cambió.Melody lo miró a él, luego a mí, haciendo el movimiento una y otra vez.- Hablaremos de eso luego... - Dije.- ¿Cuándo? Ella nunca duerme... Y cuando cierra los ojos, finge... - Empezó a hacerle cosquillas a su hija.- Me voy a dormir ahora... lo prometo. - Aseguró, ya casi sin aliento por tantas cosquillas.- Está bien, entonces vamos a tu habitación. - Charles se puso de pie, levantándola en sus brazos.- Pero... - Trató de discutir.- No hay “ peros”... Entiendes a las Barbies lesbianas y al Ken gay , que es m
Yuna y yo salimos del auto exactamente a las 5:00 pm, hora acordada, en el punto de encuentro con Colin.Ya nos estaba esperando, en la puerta de la tienda de conveniencia, ansioso. ¿Quién fue a una cita informal con su ex , en un pueblo costero, con casi 30° de calor y de traje y corbata? Colín.Tan pronto como lo vio, una sonrisa se dibujó en sus labios. Colin Monaghan siempre fue un hombre guapo y llamó la atención de las mujeres, no solo por su belleza, sino también por el apellido que portaba. Podía vivir con todo el lujo que lo rodeó desde su nacimiento, sin hacer nada con su vida. Aun así, optó por seguir la carrera que su padre le diseñó y hoy estaba a cargo de todos los negocios familiares. Y muy bien, por cierto.- Me alegro de verte, Sabrina.Le di un beso en la mejilla y le dije:- Esta es Yuna, mi amiga.Los dos se dieron la mano cortésmente.- Es un placer conocerte, Yuna.Ella no dijo nada. Típica Yuna: sin hablar, solo analizando.- Bueno... ¿Paramos aquí? – Colin miró
- ¡Corre, Colín! No pueden escapar. – grité.- Dios mío, estoy conduciendo lo más fuerte que puedo.Miré el velocímetro y marcaba 100 km/h.- ¡Estás bromeando, Colin! Acelera esta mierda.Me miró de soslayo, comenzando a sonrojarse, no sé por ira o miedo:- Estás loco... Completamente loco.- ¿Puede acelerar un poco más, señor traidor? – Yuna le tocó el hombro con el dedo índice.- ¿Traidor? ¿Como asi?- ¿Quién se queda con la hermana de la novia el día antes de la boda como se llama? En mi tierra esto se llama traidor, infiel, entre muchas otras palabras que no diré ahora, porque es inoportuno. - Se justificó.Creo que Yuna siempre quiso decirle eso a Colin. Después de todo, ella sabía exactamente todo lo que pasé a lo largo de los años con ella y Do-Yoon. Y Colin, a pesar de ser un mero actor secundario en mi vida después de que apareció “el cantante”, fue el primero en destrozarme el corazón y hacerme sentir el sabor del dolor y la traición.- Estoy conduciendo a 100 km/h en una ca