—Si el profesor Sánchez tiene prisa por regresar, que se vaya, pero la asistente López debe quedarse.
Marcelo se puso de nuevo sus lentes, cuyos bordes plateados reflejaban un brillo frío: —Señor Vega, ¿tiene alguna base para esta petición?
—La base en la montaña de Almendros aún no ha sido analizada. Alguien de su equipo debe acompañarme, y ya que el profesor Sánchez está ocupado regresando a la ciudad de Sherón para el siguiente paso, entonces la asistente López debería quedarse. ¿Es difícil de entender esta petición?
Los dos hombres se miraron fijamente frente a la mesa de reuniones.
Desde que empezaron a colaborar, en realidad nunca habían tenido una verdadera interacción: desde el inicio del trabajo, Marcelo fue enviado de regreso a la ciudad de Sherón por Morgan para manejar el laboratorio en llamas.
En realidad, esta era la primera vez.
Antes, todo estaba en paz. Ahora, con este desacuerdo, todas las tensiones y conflictos subyacentes también salieron a la superficie.
—Si ese es