"Hmm". Su respuesta no me transmitió nada y me dejó aún perplejo. "¿Te importa si uso tu baño?""Claro", le dije. Empecé a indicarle dónde se encontraba, pero, por supuesto, ella ya lo sabía.Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a Hale.'¿Tienes una tía llamada Mónica? Aquí hay una mujer que dice
"He hecho que las amas de llaves preparen una habitación en la casa para ti. Estaré allí en breve. Declan te buscará algo para cenar. ¿Podemos vernos allí?" preguntó Hale, con tono derrotado."Eso suena muy bien, querida", se tranquilizó Mónica, dando un paso alrededor de Hale para poner una mano en
El sábado por la mañana, sobre las diez, llamaron a mi puerta. Parecía que aquí recibía más visitas que en mi otro apartamento. Al menos, había estado esperando ésta."Sophie", saludé, abriendo la puerta para dejarla pasar.Sophie entró con tres bolsas de ropa en la mano y una enorme sonrisa en la c
"Estoy tan agradecida de que estés bien. Sonabas fatal por teléfono aquella noche. Espero que no te importe que se lo dijera a Matt, no sabía qué otra cosa hacer", admitió disculpándose."No, no, me conseguiste ayuda cuando más la necesitaba. Siempre te deberé una por eso", le confesé, mostrándole u
"Lo eclipsas. ¿Puedo ponértelo?", preguntó expectante."Por favor", respondí, girándome para que pudiera colocármelo alrededor del cuello.Con delicadeza, me lo colocó encima, las manos apenas rozando la piel de mi cuello. Fue rápido, sus movimientos seguros, y el momento terminó en un instante. Des
Cuando Hale me condujo a la acera, me quedé boquiabierto por la elegancia del lugar. Era un enorme edificio de cristal, decorado con cuerdas de luz, enredaderas en flor y arañas de cristal. Las luminarias decoraban la sinuosa acera hasta las puertas francesas. Parecía una escena sacada de un cuento
"Oh, vamos, hermano, sabes que no podía perderme la oportunidad de ver qué hacían todos nuestros encantadores conocidos. Y la tía Mónica siempre da las mejores fiestas", explicó Kati, y sus ojos se encontraron con los míos. "Estoy siendo muy grosera. Debería haberme presentado. Me llamo Kati, soy la
La velada parecía estar decayendo. Mónica y Kati me encantaron, las escuché reír y bromear juntas como si fueran familia. Reapareció un dolor familiar en mi pecho, pero esta vez no sentí una tristeza aplastante. Tal vez había esperanza de que algún día pudiera volver a tener una familia. Parecía una