Mael Lennox

Entierro mis dedos en su húmedo cabello acariciando su cabeza observo su cuerpo desnudo enredado en las sábanas, su cuerpo está sobre mi, sus brazos me rodean como una de sus piernas. Se ve como un pequeño e inofensivo ángel.

Algo que es obvio no es pero no puedo dejar de verla como uno, sus largas pestañas reposan en sus pómulos, sus carnosos labios forman un mohín incosiente y su cabello está algo enredado, su pecho pegado al mío y su rostro casi en mi cuello.

Mi mano suelta su cabello resbalando por su cuerpo dibujo figuras invisibles en su espalda, su piel se eriza con mi toque. Mi celular en la mesita de noche se enciende, me estiró para tomarlo, tengo que reprimir mi risa cuando se queja.

― Shhhh... estoy acá ― susurro hacia ella esperando no se despierte.

Me acomodo como estábamos hace unos segundos, Observo mi celular con notificaciones de Ezel y Yael, tiro mi celular alguna parte de la habitación, no estoy de humor para soportar sus jodederas.

Uno pedirá informaci