EL CASTIGO DE LUCCER

—Hola Luccer, jajajaja, ¿que te pareció mi teatro?,  ¡soy un buen actor!,  jajajajaja.

—No, no es cierto, ¡te mate!, te puse sangre de muerto, ¡deberías estar muerto!, no es posible,   ¡no es ciertoooo! —ya lo dijo gritando Luccer.

Dracula se reía estruendosamente, lo agarro desapareció en una bruma inmensa y reapareció en su sitio favorito de tortura, lo soltó y Luccer miraba a su alrededor veía cadenas por todos lados, olía a muerte, a sangre, miro a un sonriente Dracula

—¿Que es esto?  ¿donde estoy?

—Luccer, mi querido Luccer,  ¡estas en mi mazmorra favorita!, jajaja

Luccer trato de convertirse y no podía

—No gastes enegía,  nunca más podrás volver a ser Lycan,  jajajaja

—¿Que pasa?,  ¿

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