Por Denis.

Me pasó a buscar Angy y fuimos a almorzar, como ahora estaba arreglada, podía salir a la calle, antes, vestida tan ridícula, no me animaba, mucho menos acompañando a Angy.

Cuando volvimos a la oficina, la recepcionista que antes me miraba mal por fea y ahora me mira peor por linda, me llamó.

Angy, se estaba por ir, pero vino conmigo porque estaba intrigada por lo que me iba a decir la chica, porque a ella muchas veces también la miraba despectivamente eso lo hacía porque no tenía idea de quién era.

-Así que estabas disfrazada de fea para poder trabajar acá, es más simple.

Dice con una sonrisa entre desdeñosa y ufana.

-Le hacés una mamada al dueño y te dan el empleo, pasa en muchas empresas, con algunos te acostás un par de veces, después son ellos los que te cortan y no te dan bolilla, pero tenés el empleo y no te echan, porque si no, lo denuncias por acoso.

Nos miramos con Angy, se me aflojaron las piernas, pensando con cuantas empleadas se había acostado Leonardo o Ricard