Forst se vio en un estado de letargo, estaba casi recuperado y caminó por los largos pasillos tratando de orientarse, ese nuevo momento que estaba viviendo le parecía extraño y poco realista, era como vivir un sueño, pero su parte más racional le recordaba de cuánto sería imposible tal acto, ya que tu mente nunca podría crear algo que nunca hayas visto, cariño.

No fue una sorpresa ver el cariño con el que fueron tratadas las gemelas por sus padres adoptivos, ya que esperaba algo similar cuando las conoció por primera vez, viéndolas evidentemente sanas. Sin embargo, lo que le impresionó fue sentir ese cariño dirigido a él y a su hermano, a pesar de que eran prácticamente desconocidos.

Cuando llegó a la habitación, sus ojos verdosos se enfocaron en Raniya que estaba leyendo algo sentada en lo alto de las escaleras, notando que era un hábito