BenjaminEntrar en la nueva sede de la manada del Sur siempre me provocaba una mezcla de emociones. Ver la construcción tomando forma, gracias a la ayuda y dedicación de tantos, era una fuente de orgullo. Pero la sombra de Mason seguía presente, una amenaza constante que no podíamos ignorar. Hoy, la sede estaba más agitada de lo habitual. Connor, Sweetwolff, Cael y Tayrus ya estaban en la sala de reuniones cuando llegué.Sweetwolff estaba frente a un monitor grande, tecleando rápidamente. Se había convertido en una pieza fundamental de nuestra estrategia de seguridad. Connor, mi beta, estaba a su lado, observando atentamente la información que aparecía en la pantalla. Cael, siempre alerta, estaba junto a Tayrus, quien ahora lideraba nuestras fuerzas de protección.“Alfa,” dijo Connor, asintiendo con la cabeza. “Tenemos nueva información. Sweet encontró algo muy interesante.”Asentí, sintiendo a mi lobo inquieto dentro de mí. “¿Qué tenemos?”Sweetwolff me miró, sus ojos brillaban con u
RavennaEstaba en casa con Celine, disfrutando de un té caliente mientras la tarde se desarrollaba lentamente. Celine era una compañía reconfortante, siempre con palabras sabias y una mirada comprensiva. Hablábamos sobre la reconstrucción del Sur y los desafíos que enfrentábamos cuando mi teléfono sonó. Miré la pantalla y vi que era Benjamin.“Con permiso,” le dije a mi suegra, levantándome y saliendo de la sala. “¿Ben?” pregunté con inquietud. Cada vez que el teléfono sonaba, mi corazón se aceleraba.“Amor, necesito que vengas a la sede,” dijo, con una urgencia inconfundible en su voz. “Hay un coche esperándote. Ven de inmediato.”“¿Qué? ¿Por qué?” respiré hondo, sintiendo la tensión invadirme.“No te preocupes por nada, Luna. Solo ven. Es algo importante para el futuro del Sur, pero no estás obligada a nada,” dijo, sus palabras calmándome y, al mismo tiempo, llenándome de miedo.“Está bien. Voy en camino,” respondí, mientras la ansiedad comenzaba a crecer en mi pecho.Despidiéndome
BenjaminNecesitaba un momento a solas con Ravenna. Pedí a todos que salieran de la sala, dejando un tenso silencio entre nosotros. La ansiedad corroía mis pensamientos. Nunca pensé que Ravenna aceptaría este plan, y la realidad de ello era una mezcla de alivio y miedo.“¿De verdad estás dispuesta a hacer esto?” pregunté, intentando mantener la voz calmada. “Rav, ¿sabes lo peligroso que es?”“Lo sé y quiero ayudar. Sabes cuánto he querido hacerlo todo este tiempo, pero siempre me dejaste de lado por nuestra seguridad. Si hoy mi presencia puede ayudar a atrapar a ese monstruo de una vez, lo haré.” Su determinación me asustaba. Hace unos días estaba abatida; ahora parecía que algo la había motivado nuevamente.“¿Qué cambió? Pareces diferente,” dije, intentando entender y aceptar su decisión.Me miró con ojos llenos de determinación. “Sweet encontró a Ester, Ben. Sabemos dónde está con Rubí. Este es el momento de destruir a Mason de una vez por todas. Solo así podremos buscar a nuestra h
BenjaminRegresar a la sede después de dejar a Ravenna en casa para que preparara sus cosas fue un alivio momentáneo, pero la preocupación seguía pesando sobre mis hombros. Cada paso que dábamos nos acercaba al enfrentamiento final con Mason, y la seguridad de Ravenna y nuestros hijos estaba constantemente en mi mente. Tenía que asegurarme de que todo estuviera perfectamente alineado.Caminé rápidamente por los pasillos hasta la sala de Sweetwolff. Apenas entré, ella me miró con atención, consciente de la gravedad de la situación. “Sweet, necesito que me muestres la foto que enseñaste a Ravenna,” pedí, con urgencia evidente en mi voz.Ella se giró hacia el monitor, tecleó rápidamente y la imagen apareció en la pantalla. Ester, sosteniendo a una niña en sus brazos, era claramente visible. Mis ojos se fijaron en la figura cubierta que sabía que era Rubí.“Es ella,” confirmé, con voz firme. “No la pierdas de vista, Sweet. Vamos a centrarnos en atrapar a Mason y traer de vuelta a Rubí. No
BenjaminSubimos al coche, y la tensión en el aire era palpable. Una comitiva de seguridad nos seguía, un recordatorio constante de la gravedad de lo que estábamos a punto de hacer. Ravenna, a mi lado, estaba tan tensa como yo, pero había una determinación en sus ojos que me daba fuerza. Nuestro objetivo era claro: atraer a Mason al lugar designado para su captura.“¿Estás lista para esto?” le pregunté, tomando su mano.Ravenna me miró, intentando esbozar una sonrisa. “Lo estoy. Necesitamos hacerlo, Ben. Por Rubí y por el bebé.”Asentí, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre nosotros. “Entonces comencemos. Recuerda, debemos parecer despreocupados, pero necesitamos estar atentos a todo.” Ella asintió. “¿Sweet te puso el rastreador?” pregunté, y ella extendió el brazo, mostrándome el lugar.“Es curioso cómo algo tan pequeño puede ser tan eficiente,” dijo con una ligera sonrisa. “¿Puedo poner esto en nuestros hijos?” Sus ojos brillaron con la idea, y me reí.“Podemos pensarlo,” re
BenjaminEstábamos cenando, intentando mantener una apariencia de normalidad, pero la tensión en el aire era casi palpable. Observaba a Ravenna a mi lado, intentando grabar cada detalle de su rostro, sabiendo que este momento de paz era solo la calma antes de la tormenta.Entonces, algo cambió. Los guardias que estaban afuera desaparecieron de mi vista. Mi corazón comenzó a latir más rápido, y toqué discretamente el punto de comunicación en mi oído."¿Connor?" dije en voz baja, captando la atención de Ravenna, quien dejó los cubiertos y limpió su boca con una servilleta.La voz de Connor sonó firme, pero cargada de urgencia.“Mason ha llegado. Está entrando ahora.”Miré a Ravenna, y nuestros ojos se encontraron. “Es el momento,” murmuré, con la voz llena de tensión. Ella asintió, y la determinación reemplazó cualquier rastro de miedo. “No dudes en huir, amor. Incluso si todo parece perdido, recuerda a los niños; ellos te necesitan más que a mí.”"Ben, no puedo dejarte, lo sabes. Ni si
BenjaminLa tensión alcanzó su punto máximo y, en un instante, Mason se lanzó al ataque. Me transformé en mi forma Lycan, mi piel rasgándose mientras mi cuerpo se expandía, y detuve su ataque antes de que pudiera alcanzar a mi Luna.“¿De verdad crees que voy a dejar que la toques?” dije con un tono burlón. “Nunca más tus garras rozarán a mi compañera.” El lobo, que también había tomado su forma Lycan, sonrió ferozmente.“No necesito tu permiso para tomar lo que siempre fue mío.” Lo empujé con fuerza hacia atrás.“La Diosa nunca te dio una destinada ni un heredero porque no eres digno. Solo la usaste, y haré que pagues por cada herida que le infligiste.” La risa de Mason fue aterradora, y sentí a Ravenna encogerse en un rincón del salón.“¿No sientes asco cuando ves su cuerpo lleno de cicatrices?” Eso despertó una furia dentro de mí que nunca había conocido. “Cuando vino a vivir conmigo, tenía una piel hermosa, pero sabía que otros la desearían.” Su mirada se dirigió hacia ella, y gruñ
RavennaMi corazón latía descontrolado mientras corría hacia Benjamin, viéndolo desangrarse en el suelo. La visión de él herido, la vida escapándosele, hacía que mi propio corazón se encogiera. “¡Alguien llame a un médico!” grité, mi voz cargada de pánico. “¡Necesitamos ayuda ahora mismo!”Los minutos siguientes fueron un borrón. La ambulancia llegó rápidamente, y los paramédicos comenzaron a trabajar en Ben, estabilizándolo lo mejor que podían. Me aferré a su mano, los ojos llenos de lágrimas mientras intentaba calmarlo y calmarme a mí misma. “¿Estará bien?” pregunté repetidamente, con la voz quebrada por el desespero.“Estamos haciendo todo lo posible, Luna,” respondió uno de los paramédicos, con voz firme pero con un toque de compasión. “Es fuerte, pero necesita atención inmediata.”El trayecto al hospital pareció una eternidad. Sujeté la mano de Ben todo el tiempo, susurrándole palabras de amor y aliento. El miedo de perderlo era casi insoportable. Al llegar, los médicos tomaron e