Estimadas lectoras y lectores He andado un poco ajetreada, por lo que las actualizaciones las estoy subiendo a estas horas, disculpen las demora...
Luego de todo un espectáculo, aquellos a los que les fue encomendada la tarea de cuidar a la que fuera la esposa del mayor de los nietos de Caterina Pellegrini, movieron a la paciente a una habitación mas privada, todo ello a la espera de poder trasladarla a un lugar fuera del hospital y fuera del radar de sus personas cercanas. No hubo tiempo de avisarle a los pequeños hijos, finalmente el esposo habia decidido cremar a su mujer, aun que no estaba presente, el solo hecho de que un Pellegrini había pagado la cuenta de hospital y la cremación, hacia evidente quien estaba detrás de ello.Esa noche fue realmente larga, no solo para aquellos que llevaban a cabo diligentemente la tarea encomendada, para los padres de Alessia, pero sobre todo para Massimo, quien con cada línea que leía su corazón se desquebrajaba, su cuerpo se llenaba de ira, de dolor y de decepción de sí mismo.Todos los informes que aparecían en la información que le había entregado Aldo, apuntaban indirectamente a Alessia
- ¡Massimo ya despiértate! ¡No seas perezoso! Eso déjamelo a mi… Massimo, vas a llegar tarde a la empresa, tu padre se va a volver loco si no estas listo para la junta, anda amor, ya levántate… - Decía una suave voz al oído de Massimo.Massimo poco a poco fue abriendo los ojos, miraba como la luz del sol se colaba por las cortinas de la habitación principal, miro un poco desubicado a su alrededor, se sintió desconcertado.- ¡Massimo Pellegrini, ya levántate! Luego no quiero que me heches la culpa de que llegamos tarde al trabajo… - Dijo nuevamente esa sueve voz, pero ahora con un tono enérgico.Massimo se tallo los ojos, no cabía en el asombro, la mujer que le hablaba era nada mas y nada menos que ¿Guadalupe?- ¿Guadalupe? – Dijo Massimo incrédulo.- Massimo no te hagas que estas dormido, ya esta el desayuno, te hice café de olla y pan francés, Emma dijo que debemos ir pronto por la despensa, hay varias cosas que faltan en la cocina.Massimo observo a la mujer que le hablaba, pero no p
Marco dejo en casa a Paloma después de una revisión exhaustiva, aun no podía sacar de su mente al joven que había recién conocido, no podía negar que era la viva imagen de su amigo, eso le dejaba un sabor agridulce. A Marco en un principio, le había dolido saber que Paloma no era hija de Pietro, ya que eso significaba que nada de su amigo quedo en este mundo, ahora que la verdad había salido a la luz, no sabía si estar tranquilo o no, no sabía cuáles eran las intenciones de aquel joven, “¿Por qué apareció de la nada? ¿Cómo fue que ni el, ni Pietro supieron de su existencia?” pensaba mientras observaba a su hija dormir.Esto era algo que no perdonaría a Leonardo, por muy anciano que estuviera, esto que hizo le iba a costar muy caro, su familia era su prioridad, no perdonaría un insulto de esa magnitud. Aunque su reacción debía permanecer en pausa, ahora lo más importante para él, era arreglar las cosas con su esposa, había pensado en conducir hasta Gaeta, pero demoro un poco más en el c
Massimo aún no superaba la sensación que le había dejado aquel hermoso sueño, caminaba por los pasillos de la mansión y sentía como si estuviera viviendo un deja vu o en dimensiones paralelas, aunque la mansión lucia diferente, cada paso que daba podía ver la silueta de su exesposa y podía oler el perfume de su cuerpo, su voz aun la tenía rezumbando en sus oídos. Rápidamente despejo esos pensamientos, debía ir a la compañía, había citado a Aldo, ese joven que, a pesar de recién haber aparecido, tenía las respuestas a varias de las incógnitas que le surgieron. Massimo tomo un baño, se puso ropa casual, esta era la primera vez que iría vestido de esa manera a la compañía, no tenía tiempo que perder, era hora de hablar largo y tendido con Aldo. Antes de salir de casa, dejo una nota en la mesita de noche de su habitación par ano preocupar a su hija, le prometía regresar a la brevedad, el estaría en la compañía. Massimo condujo como alma que llevaba el diablo, su corazón estaba envuelto e
Massimo se sentía exhausto, de pronto esa corta charla con su sobrino lo hizo sentirse exhausto. - Aldo, ayer vi y leí toda la investigación, puedo decirte que me duele ver en qué se convirtió la mujer que ame, la madre de mis hijos. Bien sé que si te digo que ella en algún momento fue buena, no me lo creerás, pero así fue, fui un completo imbecil, desde los 16 años hasta los 30 me aferré al recuerdo de la mujer que conocí en el colegio, ella fue mi salvavidas cuando tu abuela murió. Massimo veía a través del ventanal, no le estaba dando la cara, de pronto una mano tocó su hombro, al verlo, sintió como si viera a su hermano. - ¡Tío, no puedo creer que vivas de recuerdos! Eres Massimo Pellegrini, tú no eres de esa clase de persona, pero te voy a decir una cosa, tampoco soy un maldito asesino, no soy el desalmado que ahora crees que soy, sabes bien que ella no puede salir impune de lo que me hizo. Massimo lo escuchaba con atención, por más que quisiera evitarlo, Aldo tenía el mismo
Marco y Valeria regresaron a la casa, ella tomó el ramo de flores, su bolso y dijo: - ¡Estoy lista! Podemos irnos, esta casa tiene muy buenos recuerdos, pero, mis recuerdos los quiero contigo y nuestros hijos. Marco volteó a verla y vio esos ojos color almendra llenos de amor. - ¡Valeria te amo, no lo olvides! Valeria y Marco cerraron las puertas de esa casa, dejando atrás los recuerdos de lo que un día fue y ya no será más, subieron al auto y fueron en búsqueda de un lugar donde poder cenar y pasar esa noche. La pareja encontró un lugar muy tranquilo para cenar, luego de un día lleno de emociones a flor de piel, ellos disfrutaban de su plática, de la compañía mutua. Valeria no tenía dudas, él era el hombre de su vida, a pesar de los malos momentos vividos, el estar ahí juntos, era la mejor recompensa que podría tener, además de sus hermosos hijos. Luego de cenar, la pareja tomada de la mano caminó por las calles del centro de Gaeta, ella sentía por primera vez una tranquilidad q
—- Ushuaia, Argentina (7 años atrás) —- - Aldo, muchacho sé que te dejas llevar por la zona, pero no quiero que entres al ejercicio, tú tienes un don, deberías explotarlo, yo preferiría que te dediques a los negocios, tu mamá en la maquila lleva años y aunque es joven, no siempre lo será. - Nacho, a mi me gusta los que tú haces, además, si llego al ejercicio tal vez un día ascienda y tenga la oportunidad de saber que fue lo que pasó con mi padre. - Dijo Aldo con sus ojos llenos de convicción. Aldo siempre supo quien era su padre, tenía fotografías de él y su madre, pero algo no le quedaba claro, ¿porque había muerto? ¿Quién lo querría muerto? Eran preguntas que ni su madre podría contestar, ella desde que salió de Rusia viajó a Argentina, luego de estar una temporada en en las playas del mar de plata, había escogido el lugar más recóndito para vivir, tal vez pensaba que ella se adaptaba más fácil a ese clima, considerada la ciudad más austral del mundo, Ushuaia era el lugar donde Al
Ekaterina había vivido en las sombras por muchos años, después de la noticia sobre la muerte de Pietro, cerro su corazón, jurando no volver a amar a nadie, Darío Rizzo siempre por alguna extraña razón, la había contactado para ofrecerle apoyo incondicional, pero esta siempre lo rechazaba. Hoy después de varios años, ella era quien le contactaba y aceptaba su ayuda, lo único que había cambiado era que su hijo ahora traería un hijo también, eso complicaba las cosas para la familia, quienes siempre habían sido vistos como una familia humilde y de bajos recursos.La joven madre no quería que su hijo truncara sus estudios, él tenía el mismo don que su padre, el carisma, la inteligencia y la agilidad para los negocios. Sabia de sus pininos como corredor de bolsa, su ubicación remota era excelente para el trabajo que desarrollaba, pero eso solo era un comienzo, un nuevo integrante lo único que provocaría sería pausar los proyectos que ambos chicos traía en puerta.Ekaterina después de mucho p