Guadalupe salió del consultorio y vago por la ciudad, no quería regresar a la mansión, esta vez Massimo había rebasado los límites, él le había infringido mucho daño. Ella quería marcar a Pietro, quería regresar a Gaeta, “Jamás debí salir de ahí” pensó.Cansada de vagar, se sentó en una banca que estaba en un parque el clima no era ni frio ni caliente, se podían ver los primeros indicios de la llegada del verano, ya casi atardecía y no quería regresar a la mansión, pero olvido su cartera y no disponía de dinero.La ciudad era grande, pero nadie sabía de su existencia, no había a quien recurrir si tenía algun problema. Esa situación provoco que la chica comenzara a llorar desconsoladamente, nunca imagino que lo que ella había deseado, se convertiría en su propio infierno.Su situación no le permitió ver que, en esa misma banca a la orilla de esta, había tomado asiento un apuesto hombre de no más de 30 años, estaba fumando perdido en sus pensamientos cuando los sollozos de la chica lo d
Al escuchar todo lo que Matteo le dijo, este hombre apretó el volante queriendo estrangular a su mujer, pero queriendo alcanzarla para que no se volviera a perder,- Matteo necesito que investigues en que autobús va, voy a ir por ella.Matteo sin duda ni un segundo hablo con la compañía de autobuses y consiguió la tan preciada información, para cuando Guadalupe bajo del autobús, varios hombres vestidos de traje negro y cara de pocos amigos la rodearon.- ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Quiénes son ustedes?- Guadalupe, será mejor que no armes un escándalo. – Dijo Massimo tomándola del brazo.Ella y su marido caminaron fuera de la terminal de autobuses y la obligo a subir rápidamente al Maserati que llevaba su marido. El rostro de Massimo era frio y claramente se veía molesto, durante el camino no pronuncio palabra alguna, pero al llegar a la mansión, la tranquilidad del hombre se esfumo.- Dime ¿Por qué te gusta estar con Pietro?- ¿Por qué sacas eso a colación? – Dijo la chica molesta.- ¿Acaso te
Emma al ver la negativa de Massimo, prefirió salir de la mansión, perdía mucho si no aceptaba irse. Viendo la situación no podía dejar sola a la señora, tampoco podía decirle anda a la abuela, podría generar un problema más grande.- ¡EMMA POR FAVOR AYUDAME! – Escucho gritar a Guadalupe desde su balcón.Al escuchar esto Massimo corrió de la sala hasta la recamara de su mujer, a esta le podría cruzar por su mente lanzarse del segundo piso. Abrió la puerta y corrió hacia el balcón, la jalo tapándole la boca, esta le dio una mordida en la mano, logrando escapar en lo que él se quejaba del mordisco, ella corrió descalza con todas sus fuerzas, pero al llegar a las escaleras, tropezó con la alfombra.Massimo iba detrás de ella y solo alcanzo a ver como ella caía por las escaleras.- ¡GUADALUPE! – Grito Massimo al ver que no llegaría a tiempo.Para cuando Massimo llego a las escaleras, Guadalupe yacía inconsciente en el descanso, él corrió y la levanto, escurría sangre de su cabeza, la movió
Fabritzio salió molesto de la mansión, no sin antes recordarle a Massimo que debía ver a Guadalupe en el hospital o la abuela Pellegrini se enteraría de todo.Una vez que se marchó Fabritzio, Massimo se acercó a su esposa, la cual seguía intentando recordar, pero por más que se esforzara, sus recuerdos estaban perdidos hasta un día después de la boda.- Guadalupe, ¿Cómo te sientes?- Bien, solo me duele el cuerpo, pero pienso que con el medicamento dejara de doler.- ¿Quieres que te ayude a ir a tu habitación?- Pienso que puedo hacerlo sola, no quiere darte molestias.- Anda, vamos sujétate de mí cuello, te llevaré.La chica un poco aturdida poso un brazo en el cuello, nuevamente Massimo se percató de que la chica era muy ligera, había pasado poco tiempo viviendo juntos y esta había desmejorado su apariencia bastante.- Señor? ¿Se encuentra bien la señora? – Dijo Matteo al ver entrar a su jefe con Guadalupe en brazos.- Si Emma es solo que está un poco indispuesta pero ya la llevo a
Emma y Guadalupe llegaron al consultorio de Fabritzio, este se sorprendió al ver a Guadalupe con el ama de llaves y no con Massimo.- ¡Hola Guadalupe! ¿Cómo sigues?- Hola Fabritzio, estoy bien. La realidad es que no sé qué me paso, solo recuerdo que iba camino a las escaleras y de ahí no recuerdo hasta hace unas horas.- Te voy a mandar hacer unos estudios para que descartemos alguna complicación mayor a futuro.Fabritzio salió del consultorio, sosteniendo a Emma por el hombro.- Emma, ¿Puedes ayudarme a buscar a una enfermera?- Sí señor. – Dijo la mujer mientras ambos iban saliendo.Al salir cerró la puerta del consultorio y se atrevió a preguntar.- Emma ¿Dónde está Massimo?- Señor, ayer solo marco y me dijo que fuera a casa que Guadalupe estaba dormida y él tenía que salir de viaje.- ¡Oh! Ya veo, terminó huyendo.- ¡No lo sé señor! No puedo darle más detalles.- No te preocupes Emma, voy a revisar a Guadalupe para descartar alguna lesión más severa.Después de una larga revisión
Esa tarde mientras Guadalupe hacia labores de jardinería con música a todo volumen, no se percató que una sombra oscura estaba parada detrás de ella. Massimo había regresado y al escuchar la estruendosa música fue al jardín, solo para encontrar a su esposa cantando, con la ropa llena de tierra, pero con un semblante alegre, por un momento dudo, pero encontró la bocina y la apago, la chica al escuchar esto, dijo:- Emma, ¡Ya se! ¡Ya se! La música está muy fuerte, pero es que si no las rosas que están al fondo no pueden escucharla.- ¡Guadalupe!La chica al reconocer la voz dio un respingo y volteo, esos ojos avellana se cruzaron con los de Massimo, su semblante era cansado y serio.- Per…Perdón pensé, pensé que eras Emma.- Ya veo que en mi ausencia has hecho de las tuyas. – Dijo de manera seria.- No, solo es que… Solo necesitaba encontrar algo que hacer y el jardín necesitaba cuidados.Massimo la vio de arriba abajo, se retiró y ella entendió el gesto como desagrado. Su temporada de
Guadalupe salió con sumo cuidado del estudio después de escuchar a Massimo, una vez en el pasillo, el pudo escuchar como la chica corrió y bajo por las escaleras. Una sonrisa se dibujó en el rostro de Massimo, sin hacer ruido la siguió y escucho como ella le platicaba a Emma las buenas noticias.- Señora, pero hace mucho tiempo que no adornamos la casa, seguro los adornos ya están rotos o muy pasados.- ¡Emma! ¡Vamos! Lo importante es que podemos adornar, esta será mi primera navidad aquí, no me importa si los adornos están rotos, usaremos lo que nos sirva, tengo unos ahorros y tal vez podamos comprar el árbol.Massimo se sorprendió al escuchar que ambas mujeres se preocupaban por el dinero, eso no debería ser un problema, el dinero era algo que no debería preocupar a su mujer, pero ella nunca le pedía nada.- ¡Guadalupe! – Dijo Massimo entrando a la cocina.- ¡Mande!- Me quede pensando en eso de tu navidad, esta es la primera vez que pasaras la navidad aquí. Tal vez podemos ir a comp
Guadalupe y Emma se enfocaron en preparar la cena, nunca se dieron cuenta de la hora en la que Massimo salió de la mansión, ya casi atardeciendo Guadalupe subió a su habitación y se encontró con el vestido y el joyero con el regalo de su esposo. Al abrir la caja sintió mariposas en la panza, vio el vestido y era algo descarado, pero si él se lo había seleccionado, lo usaría.Emma se retiro temprano, fue a pasar las festividades en casa con sus hijos, todo estaba en calma en la mansión Pellegrini y no quería hacer mal tercio, además de que a fin de año siempre lo pasaba en familia, lejos del estrés del trabajo.Guadalupe se arreglo lo mejor que pudo, el vestido le había quedado a la perfección, el escote no era tan exagerado como pensaba, se coloco un poco de maquillaje, recogió su cabello para lucir en su esbelto cuello aquella exquisita gargantilla y esos hermosos zarcillos que Massimo le había regalado, bajo y se dispuso a preparar la mesa, no sin antes dejar en su estudio una pequeñ