Harry y yo nos acercábamos día a día. Las cosas que hace por mí, sus formas de hacerme reír y su todo me atraía hacia él. La mayoría de los chicos y chicas empezaron a envidiar nuestra relación. Si digo la verdad, me encantó. Es la primera vez que me encanta algo así. Sentí que me pertenecía. Estaba cambiando mucho en su presencia.

Empecé a pasar la mayor parte de mi tiempo en la casa de Harry hablando con él, riendo, bailando y disfrutando. Mirándonos, mi mamá preguntó una vez qué estaba pasando entre nosotros. También dijo que parecía que ambos teníamos algo. Le respondí que no era nada, pero sentí que tenía razón. Había algo entre los dos que no pude entender.

Anna y Roman se volvieron más cercanos que nosotros. Empezaron a comportarse como una pareja. Roman no dejaría a Anna en ningún momento. Ambos comenzaron a vagar por la ciudad, dejando a Harry y a mí. Un día, la madre de Anna los sorprendió mientras deambulaban por la ciudad. Afortunadamente,