Deimon

Al parecer eso de tener lejos de mi persona a Manu, es algo imposible. Luna y Marcos tuvieron un malentendido y ella se está quedando en mi casa por lo que el motivo de mi tensión últimamente y la razón de la existencia de mi único amigo se conocieron, así que hay dos mujeres y medias en mi casa, casi todo el tiempo. Aunque me molesta que Manuela ande rondando cerca de m,i me agrada que por lo menos ella y Katy han sido de mucha ayuda para mi amiga.

Yo estoy aquí, enredado con mil papeles ya que a mi querido amigo se le ocurrió recuperar a su chica en una semana y enfrentarse a sus padres de la única forma que él sabe, los dos sabemos, que lograría que lo dejen tranquilos. A mi me da lo mismo, me vale lo que digan de mi pero en cuanto a Luna no es así y yo la entiendo completamente. 

Mañana Marcos tiene planeado para pasado mañana tener la reunión con sus padres, ya tenemos varias cosas resueltas pero nos gustaría ver de que forma podríamos apropiarnos de unas empresas ahí, después de todo esto nos beneficia para un futuro.

Un toque en la puerta me hace levantar mi mirada de los papeles y veo que por ella entra una Manuela bastante linda, tiene un moño encima de la cabeza que sé, que si quisiera se lo ordenara un poco pero eso es casi imposible, trae puesto un vestido bastante sencillo. “ Me agrada” dice mi mente. No no inventes, deja de estar pensando sandeses.

-Permiso, puedo hablar contigo?- me pregunta algo seria, extraño, ella siempre está sonriendo. Sin pensarlo mucho le hago seña para que entre y se siente en la silla del frente.

-Mira no voy a dar mucho rodeo- dice un poco nerviosa.- Luna me dijo que, que estaban teniendo unos problemas con la adquisición de unas empresas y quería ver si podía ayudarte en algo.- y no se porque pero me empiezo a reír haciendo que su entrecejo se empiece a unir.

-Tú, ayudarme a mi, por favor no me hagas reír.- Le digo una vez que la risa se me fue- qué sabes tú de gestiones de empresas.?- le pregunto

-Tienes razón, se muy poco sobre gestiones de empresas pero pue- 

-Mira Manuela, vete a jugar por ahí que lo que yo hago es trabajar, no dejar que nadie me mantenga, tengo que lograr adquirir unas empresas para mañana y no voy a perder el tiempo contigo. Sigue tú, jugando a las casitas, como haces todo el día.- digo serio y veo como se molesta.

-Ni sé para que vine a prestar mi ayuda, ya sabía que actuarías así,no me sorprende de un hombre que critica y juzga a los demás sin conocerlos.- dice molesta y se levanta.

-Qué conoces tú de mi?- le pregunto. Se gira..

-No mucho, pero ten por seguro que te conozco más de lo que piensas y de lo que tú me conoces a mi, aún así, no me veo criticando cada actuar tuya y cada decisión que tomas porque a fin de cuenta es tu vida no la mía. - me dice.

-Yo no..- no me deja decir lo que quería.

-No me interesa lo que tengas que decir,solo vine para decirte que aunque no lo creas podía ayudarte pero me arrepentí. Después de todo soy una inculta que solo sabe jugar.- y se va dejándome con un sabor extraño en la boca. 

No pude pensar mucho en lo que porque Marcos me llamó y empezamos ver que era lo que teníamos. Seguí con mi trabajo hasta tarde en la noche y en un final cuando pensé que no podría tener en mis manos la empresa lo logré, mañana se firma el contrato.

Manu

Me imaginaba su reacción al brindarme para ayudarlo en los asuntos esos de la empresa, pero me enoja que no me halla equivocado, definitivamente Deimon tiene una muy mala opinión de mi si ni siquiera me dejó explicar cómo podía ayudarlo. Antes no me molestaba eso, es más, me daba lo mismo si me hablaba bien o mal, si me ofendía o no pero no se porqué últimamente sus palabras tienen un poco más de efecto en mi. 

“Mija, no te rompas en coco pensando en eso, tenemos cosas más importantes que hacer y con muy poco tiempo. A cualquiera le cae mal que cada dos por tres te estén criticando.” me digo a mi misma.

Te juro que si no fuera porque este problema también incluye a Luna ni movería una sola tecla para ayudarte pero te salvas que la mujer me cae bien y me gustaría que Marcos y ella tengan un final feliz.

-Katy, nena me voy a mi casa, tengo trabajo que hacer, mañana nos vemos.- me saludo de esa niña que le ha dado razón de ser a mi vida y le beso la frente.

-Está bien, hasta mañana Manu.- me dice y me sonríe. Como quiero a esta niña.

-Nos vemos mañana Manu.- se despide Luna y yo les doy a ambas adiós con la mano.

Cuando entro a mi casa que me aseguro que todas las puertas y ventanas están cerradas, bajo a mi sótano, pongo la contraseña y tomo el teléfono que al lado... Marco el número.

-Que milagro- suena esa voz ronca y varonil que de tan solo escucharla se ponen los pelos de punta. Creo que es por ello que la voz y la molestia de Deimon no me causa algún temor.

-Un descuento de favor, es para dentro de unas horas- digo.

-Manda lo qué necesitas- y cuelga. Suelto el teléfono y suspiro.

Empecemos hay trabajo que hacer...

Deimon.

Estoy en la empresa, todo estaba bien, hasta hace unas horas que recibí es llamada..

Flash Back

Suena el cel y es un número desconocido, me resulta extraño pero bueno lo descuelgo.

-Buenas- digo

-Buenas corazón- y escuchar su voz vuelve a traerme recuerdos de esos días en los que hoy en ocasiones todavía tengo pesadillas.

-Cómo conseguiste mi número- pregunto con voz molesta y escucho como se ríe.

- Mi vida, yo soy Lusiana, no hay nada en este mundo que yo no pueda conseguir.- dice con voz risueña y yo aprieto más el cel en mi mano.

-Qué quieres.-

-Mi vida, lo que siempre he querido. A ti.-

-Eso no podrá ser, nunca más- le digo y vuelve a reírse cosa que hace que la sangre me hierva.

-Deimon, Deimon, tú siempre vas a ser mío. No importa las veces que nos alejemos, que nos peleemos, - hace una pausa- que lo trates de evitar. Tú volverás a mi. Eres de mi propiedad.- Escucho como se ríe- Nos veremos pronto- y cuelga.

Fin del Flash Back.

Estoy que no quepo en mi, no puedo permitir que esa loca se acerque a Katy. Lusiana está muy equivocada si cree que va a manipularme de la forma en la que lo hizo unos años atrás, eso abría que verlo...

Marcos me llamó, dice que para que viera como él y Luna volvían pero yo se que lo que tiene es miedo de que la mujer no lo acepte y más con la mentira que dije. 

Mi amigo y yo casi llegamos juntos a mi casa, nos bajamos, en el camino íbamos hablando por el manos libres así que le conté lo que pasó con Lusiana, sabe que estoy molesto y tengo miedo de que aparezca ante Katy. Cuando llegamos, que bajamos de nuestros autos nos abrazamos, una concolándome y otro dando ánimos a él.

Todo estaba bien, eso pensaba, decidí que no dejaría que esa llamada me alterara más pero me equivoqué, cuando entré sentí unas risas en la cocina, al entrar un puñado de algo blanco cae en mi cara y exploté contra Manuela, no entiendo la razón, solo se que descargué mi furia en ella diciendo cosas sin medir palabras.Lo que esa mujer me dijo en respuesta a mi ataque me inquietó, ya que mi hija no fue la única que fue abandonada por su progenitora, lo que al contrario de Manu, Katy me tenía a mi...

Marcos y Luna se reconciliaron y se pasaron el resto del día en mi casa, eso si, Manu no volvió y mi amiga e hija estaban molestas conmigo y no las culpo, yo mismo estoy molesto con mi comportamiento... Odio en lo que me he convertido y en lo que me convierto cuando Lusiana entra en la ecuación de mi vida y la de mi hija.

Velé a Manu como un acosador para poder hablar con ella y disculparme hasta que pude ver que salía a su jardín para regarlo así que aproveché. Al ir llegando veo que sin mucha elegancia cae y se empapa.

-Eres un desastre cada vez que me encuentro contigo- le digo serio. La sonrisa que salía de sus labios se perdió cuando me divisó. Veo que se levanta, suelta la manguera y me pasa por el lado sin hablarme. Suspiro, esto va a ser un poco difícil.

-Manuela yo..- 

-No me interesa que tengas que decirme Deimon, ayer fuiste muy claro pero sabes ven entra porque aunque quisiera que estés a mil kilómetros lejos de mi en estos momentos se que no va a suceder porque hay una niña que la amo con todo mi corazón y por desgracia tú eres su padre así que lo mejor es dejar las cosas claras de una vez entre tú y yo.- me dice y vuelve a emprender el camino hacia su casa, yo la sigo sin decir media palabra. El ver esta fase de seriedad en su rostro me sorprende y me ha dejado sin palabras.