Gema estaba lista para hacer de su cuerpo una obra de arte.

Sam le mostró sus dibujos para que ella no dude de él y pueda sentirse tranquila en el momento que él la pinte.

Gema miraba sorprendida los cuadros y los dibujos que él les mostró eran verdaderas obras de arte.

Ya no quería esperar más, quería ver su imagen plasmada en un cuadro.

Gema salió del cuarto de baño con la bata puesta, era lo único que llevaba puesto. Sam no dejaba que sus nervios lo dominen bebió una copa de whisky mientras le ofrecía a Gema.

—Hazlo Gem, solo un trago para que te relajes.

—Sam, yo no bebo alcohol te lo agradezco.

—¡Ya lo sé Gem! Pero solo por hoy confía en mí, te siento un tanto tensa ¡Hazlo por favor! te sentirás más suelta, se lo que te digo.

—Está bien, pero apenas un poco— Gema probó por primera vez la bebida, haciendo un gesto desagradable al sentir el sabor dulce pero fuerte del whisky quemando sus labios.

—¿Sientes ese fuego que quema tus labios? Ese mismo fuego necesito que me lo transmi