El príncipe Adrik llegó al comedor con la abuela en sus brazos, seguido de su padre y del conde Sergio.

Al llegar ya le tenían el puesto decorado con una ensalada de frutas rojas, la llevo y la dejo en su puesto, el superior la miro antes de preguntar:

—¿ Abuela como te sientes?—

—" Bien hijo, contenta por mi cumpleaños, ahora que puedo comer estare mejor."—

—" Que bueno abuela, le falta recibir muchas sorpresas más todavía. "—

La abuela sonrió feliz, era el centro de atención de todos, la caída la había llenado de miedo para caminar, le sobra quien la lleve a donde ella diga con una sonrisa ella les paga a todos.

Empezó a comer con calma, podía mascar bien los alimentos, esto la tenía feliz sonriendo, todos estaban al pendiente de la abuela, para que coma más frutas y se recupere pronto.

Cuando sirvieron el desayuno, la abuela miraba con atención todos los alimentos, no los había podido comer por falta de una buena dentadura, el príncipe Enky se los había hecho en crema para que