Kin estaba sentada en su habitación, en el internado habían varios chicos que venían de familias adineradas.

Ella no se sentía a gusto allí, extrañaba a su madre a diario, pero se la habían llevado muy muy lejos para que no pudieran encontrarla, su padre era una persona muy mala en realidad, veía a su abuela los fines de semana y sólo por un par de horas.

Incluso habían cambiado su nombre, nadie le daba explicaciones, sólo le decían que debía de responder a un nombre diferente, no podía tener celular ni acceso a internet, estaba realmente triste, Aidan no había ido por ella como lo había prometido, se sentía tan sola y abandonada en ese lugar.

La habían cambiado de internado hace tres semanas atrás y ni siquiera sabía el motivo, todos los lugares eran iguales, parecían prisiones, algo realmente espantoso para un niño de su edad, no quería seguir allí, era horrible.

La puerta se abrió, levantó la mirada y allí estaba la madre superiora como ellos la llamaban.

__Empaca tus maletas, te