—Era un castigo, ¿Cómo crees que me fue? —responde de mal humor.

—No lo sé, tal vez aprendiste algo nuevo hoy.

—¿Cómo que? ¿Educativo? —pregunta con ironía.

—Es una escuela, ¿no?

—Mas educativa es la prisión.

—¿Cómo dices eso? Eso sí es un castigo, pero no lo sabes porque no has estado ahí y yo tampoco, pero lo sé porque meten a personas que han cometido crímenes.

—Pues ahí por lo menos aprenderé a defenderme, ¿Acaso crees que los demás se detienen cuando le dices “por favor”?

—Tal vez tengas razón, no se van a detener, pero si quieres estar en prisión, aún así tienen o fueron a la escuela, ¿Ok? Y tal vez, solo tal vez si hubiesen tomado buenas decisiones, no estarían ahí.

—Entonces la escuela no sirvió.

—Kay, una cosa es lo que te enseñan y otra cosa son las decisiones que tomas después de que enseñan.

Kay no dice nada y se queda con cabeza agachada, ocultando su rostro.

—¿Podrías mirarme? Siento que estoy hablando con la puerta y si no vas a responder, por lo menos quier