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Engaño y dolor
La mujer estaba furiosa, jas en su vida la había rechazado un hombre, mucho menos uno que estuviese drogado para aumentar el libido, se sentía tan humillada, pero este desprecio se lo iba. apagar el CEO— Envíenme las fotos a la esposa del hombre, asegurense que las vea, esa desgraciada tiene que pensar que su adorado esposo se revuelca conmigo, no le voy a dejar a mi prometido así como así — Se hará como lo ordene señorita En la mansión Ferreira una muy decepcionada Violeta lloraba de dolor por el engaño de su esposo, él no formas? te di mi cuerpo y mi alma, me entregué a ti sin reservas y ahora te vas a hacerle el amor a esa mujer, eres cruel Danilo, eres un hombre demasiado cruel Violeta de secó las lágrimas, ella a pesar de tener el corazón roto no una a permitir que ese arrogante CEO la menospreciara de esa manera, ella sabía lo que valía y si el no la había valorado, ellas se valoraría a su misma, se haría de la mansión Ferreira para siempre, se llevaría a sus hijos y reharì
Papá, ¿por qué te portaste tan mal?
Una destrozada Violeta se quedó llorando en la habitación que Belén le había asignado, la mejor amiga mientras tanto vigiló que los niños jugarán y cenarán, ella los acostó, su amiga no estaba en condiciones de atenderlos tres horas después, a Danilo le había pasado ya el efecto de la droga, se vió desnudo en una cama que no era la de él, de un solo movimiento salió de la cama buscando su ropa, su mente todavía estaba algo confundida, lo que más recordaba era el pinchazo de la geringa, su rabia aumentó, una vez vestido salió de la habitación buscando a Bianca, ella estaba en la sala de estar bebiendo una copa de champaña— ¡¿Qué demonios fue eso Bianca?! ¡me drogaste para que tuviéramos sexo! sabía que eras de cuidado pero recurrir a ese truco tan bajo solo para que follaramos me parece asqueroso— A mi que más me da lo que te parezca, tú y yo tenemos un acuerdo y quiero que lo cumplas o mi familia te va a dejar en la calle, o por lo menos esos miles de millones los vas a perder, ¿te
Danilo tiene el corazón de sus hijos ganados
Danilo bajó del auto de prisa, estaba algo desaliñado, cosa que nunca pasaba, pero no iba a perder tiempo cambiándose de traje, estaba ansioso por llegar al lugar que su princesa le envió en la ubicaciónDanilo jamás había experimentado está sensación de angustia y perdida, el solo pensar en que Violeta lo dejara de querer lo trastornada La puerta se escuchó en toquidos desesperados, la mucama se apresuró a abrir, el CEO entró como huracán buscando a sus tesoros— ¡Violeta, Dragro, Dariana, Andrés! ¿en dónde están? — un ladrido llamó la atención del hombre, se trataba de Ricardo, Danilo se agachó a recogerlo — Hasta al perro te llevaste, ¿acaso pensabas abandonarme para siempre..? — el CEO frunció el seño Los niños escucharon el llamado del padre y salieron de su habitación a buscarlo— ¡Papá! — gritó Dariana mientras bajaba las escaleras, Andrés le hacía segunda— ¡Tiooo! ¡viniste aquí! te aviso que no voy a volver a la mansión sin Drago y Dariana, además debo cuidar de Ricardo, yo
Solo nos queda un año, Danilo
Los niños bajaron, no había mucha diferencia entre lo que llevaban inicialmente a ahora, Violeta no se demoró casi nada, sus hijos eran su vida y sin ellos no se iba a quedarDariana vió como su madre se les unió y ella sonrió, Andrés también estaba contento, Drago es el que estaba más callado pero su postura era firme, no quería más mudanzasDanilo encaminó sus pasos a la salida, subió a los niños, les acomodo el cinturón y le abrió la puerta del copiloto a su esposa, ella entro de mala gana Belén se encontraba en la bañera de su cuarto escuchando música con los audífonos puestos, no se había percatado de la llegada del hombre ni que se había llevado a sus sobrinos y a su amiga— Ya en la mansión Ferreira, las niñeras llevaron a Drago, Andrés y Dariana a sus habitaciones, se sentían más agusto en su hogar, Violeta subió a su habitación por una pijama, mientras que Danilo la siguió— Violeta, tenemos que hablar — No quiero hablar contigo, !¿qué me vas a decir? ¡¿qué las fotos donde t
Violeta vuelve a la oficina
Violeta tomó un taxi para ir a su trabajo, los niños todavía se quedarían en casa un tiempo más, en el comedor los tres traviesos se le quedaron viendo a Danilo, el hombre tenía el rostro oscurecido, no le gustaba para nada que su esposa fuera a la oficina de Ramsés Ballesteros, quien había declarado abiertamente que ella le gustaba— Papá tiene que ir a trabajar, las niñeras cuidarán de ustedes, regresaré al mediodía para que comamos juntos— Papi, ¿mamá también vendrá a comer con nosotros? yo quiero que ella me sople la sopita caliente — Dariana manifestaba que quería a su mamá y sus cariñosas atenciones, eso complicó al CEO, creía que el lugar de Violeta era al lado de sus hijos— No lo sé, princesa, pero sé que hará todo lo posible para llegar a soporte la sopita — con esa respuesta Dariana sonrió— Tío, ¿si la tía violeta no llega tú vas a soplarnos la sopita? — Danilo nunca había sido de hacer esas cosas para los niños, se quedó pensando antes de responder— Si la tia violeta no
Danilo sopla la sopa de Daríana y Andres
Violeta salió de la oficina de su jefe unos momentos para marcar a la mansión Ferreira— Señora Violeta, buenas tardes — respondió la mucama— Lily, por favor avísale a los niños y al señor que no podré llegar a la hora de la comida, me surgió un compromiso con mi jefe, debemos ver a un socio importante, dígales que llegaré apenas pueda— Por supuesto señora Violeta, yo les daré su recadoVioleta se sintió más tranquila y regresó a adentro, el apuesto CEO Ballesteros se puso de pie, recogió su fino saco para ponérselo, la asistente pudo ver qué el abdomen de su jefe parecía estar duro, sus hombros anchos, marcados pero no toscos, le daba ese toque de perfección masculinaEl CEO y violeta se marcharon de la compañía, violeta tenía en todo momento su tablet en la mano, desde ahí manejaba todas las actividades, reuniones y juntas del CEORamsés le abrió la puerta como el caballero que era, Violeta se sentía muy halagada, pensaba que al ser el jefe no debía tomarse esas molestias por ella
¡No toleraré que me hagas cornudo!
La asistente estaba muy satisfecha con su primer día de trabajo, se había acoplado muy bien a lo que serían sus obligaciones y responsabilidades, Violeta era muy buena en lo que hacía, solo que por culpa de su hermanastra no había podido hacer una carrera profesional, ella siempre la boicoteabanApenas la mujer entró a la casa, una fuerte mano la arrastró al despacho— ¿Qué carajos significa esto, Violeta? ¿por qué ese imbécil te ha traído hasta aquí? ¡ni siquiera llegaste a comer con los niños, estuvieron todo el tiempo preguntando por ti! — Danilo estaba muy molesto, tenía a su esposa contra la pared y su cuerpo haciendo reclamos— El CEO Ballesteros me trajo por qué se nos hizo tarde atendiendo un socio, y por la comida solo fue una ocasión extraordinaria, procuraré que pase lo menos posible, ahora suéltame, no quiero que me toques — Violeta se zafó del agarre del CEO dispuesta a salir del despacho— ¡Eres mi esposa Violeta, no te voy a permitir que me hagas cornudo con el imbécil d
¡Eres la mujer de Danilo Ferreira!
Por la noche, Violeta después de arropar a sus hijos y a Andrés, se fué a su habitación, ella estaba cansada por el día de trabajo, se puso el pijama para dormir más unos toquidos la levantaron de la camaAl abrir la puerta, el CEO estaba del otro lado, el estaba recién duchado, el brillo del cabello húmedo de su cabello, el aroma de su loción, eran tan atrayentes para Violeta, de aclaró la garganta para preguntarle— ¿Qué haces aquí, Danilo?— Quiero hablarte, dame unos minutos se trata de Andrés, la semana próxima es la otra audiencia, necesitamos ponernos de acuerdo con el abogado para lo que haremos, Pablo, el río de Andrés, me lo está poniendo todo muy difícil, tanto que existe la posibilidad de perder la custodia de Andrés— ¿Cómo? ¿por qué? ¡si eso sucede será devastador para mí pequeño travieso, él es feliz con nosotros, con Drago, con Daríana, ese hombre no puede hacerle ésto, dale el dinero que quiere, no puedes permitir que se lleve al niño!— Mañana a las cuatro tememos ci