Al día siguiente, la desvelada y las bebidas hicieron que las chicas durmieran hasta tarde, la tres tenían resaca y no se sentían muy bien ya que no estaban acostumbradas a beber

Después de tomar una ducha y vestirse cómodas, fueron a la cocina a beber agua, tenían hambre pero el dolor de cabeza era igual de intenso

— Creo que voy a morir de resaca, no vuelvo a tomar un vaso de ponche más en toda mi vida — Aithana se tiró en el sofá con las manos masajeandose la cabeza

Justo en ese momento el timbre se escuchaba sonar, fue Casy la que abrió, para su sorpresa eran los vecinos

— Buenas tardes dormilonas, les hemos traído remedios para la resaca, con esto se sentirá mucho mejor

Las chicas de inmediato se apresuraron a ver qué era, ya no soportaban más

— ¿Qué trajeron? ¡nos estamos muriendo! píldoras, sales, mmm lo que sea yo me lo tomo — dijo Dariana

Los jóvenes les dieron las pastillas para el dolor de cabeza y los sal de uvas que ellos ya habían tomado desde media mañana para sentirse