Verónica se fue a la habitación, espero diez minutos despierta, y en eso apareció Julio.

—Hola —dijo Julio acercándose a la cama, y quitándose la ropa enfrente de Milena.

—Te fuiste y me dejaste sola, de noche, a la intemperie, no te pudiste hacer una idea que me pude haber puesto, pero, si Verónica no interviene, me muero, a ti no te importa que tenga dolor de cabeza —agrego Milena.

—Pensé que solo era un dolor de cabeza, ¿Qué dijo el médico? —Pregunto Julio en seco.

—Como si te importara lo que nos apsara a mi bebito y a mi —agrego Milena en tono molesto.

—perdón, necesito saber que te dijo el doctor —agrego Julio levantando la ceja.

—Todo esta bien, solo tuve un cuadro de estrés por culpa tuya —agrego Milena con molestia en su voz.

—Tenia que revisar unas cosas, siento dejarte sola, pero estuvo Verónica para ayudarte, asi que tranquila, no pasa nada —dijo Julio.

Milena levanto la ceja y frunció el ceño.

—Como a ti no te costo nada, solo vienes a dormir mientras yo casi moría, perf