Jaula de oro

Narra Sara

Me despierto, los rayos de sol entran por la ventana, no se cuanto he dormido. Me desperezó y miró al mi alrededor. Estoy en una habitación muy grande.

Recuerdo que vine con Kevin anoche, esta es su habitación.

Él no está, estoy sola. Salgo al pasillo y me dirijo a mi habitación.

La habitación está arreglada. Abro el armario y mis ojos parecen salirse de sus cuencas. Hay muchos, vestidos, pantalones cortos, largos, faldas....

Nunca en mi vida he visto tanta ropa junta. No quiero tentar mi suerte, cierro el armario y me pongo el conjunto que llevaba ayer.

Mi vestido rosa!! Miró en reloj y son las diez es la primera vez en mi vida que duermo tanto.

Me cuesta un poco andar, todavía me duele ahí abajo. Anoche dijo que en unos días volveríamos a hacerlo, espero que no me vuelva a doler.

He de reconocer que cuando empezó a tocarme estaba muy asustada pero mi cuerpo respondía a sus toques. Fue doloroso pero también placentero.

Estoy llegando a la cocina, la señora de anoche me llama para que me siente a desayunar. Todavía no se como se llama. Tendré que preguntarselo.

- señora todo estaba buenísimo, digo mientras comienzo a recoger la mesa.

- señorita, no tiene que hacer nada este es mi trabajo. Dice mientras me quita las cosas de las manos y las lleva a la pila.

- entonces que es lo que tengo que hacer? Pregunto nerviosa.

- lo que le dijera el señorito? Responde sin levantar la cabeza de la pila.

Recuerdo lo que me dijo solo requeriré satisfacción sexual y solo te buscaré en la noche. Durante el día puedes hacer lo que quieras sin salir de la propiedad. " Satisfacción sexual" eso sería lo de anoche. Comienzo a pensar.

- señora le puedo hacer una pregunta?

Ella asiente con la cabeza.

- a usted también la compraron como a mí?. Pregunto curiosa.

Varios platos caen al suelo, se ve que mi pregunta fue inoportuna.

- lo siento, no debí preguntar. Digo disculpándome

- no importa niña!! Dice mientras responde a mi pregunta. Todos nacemos libres. Cada uno de nosotros somos nuestros propios dueños. Deberías hablar de esto con el señor. Su voz ya no es dulce sino firme y dura.

Estoy aburrida, las palabras de la señora retumban en mi mente.

Hay muchas cosas que nose, ojalá alguien pudiera explicarme.

He puesto la televisión ya se como se llama y también se que las personas que están dentro en realidad no lo estan, aquí solo llega la imagen. Bueno no lo entiendo muy bien pero se que ellos no me pueden ver.

He visto la historia de una chica vivía con su tía y la trataba mal un día se escapó de la casa y se fue a recorrer el mundo, encontró un trabajo amigos y un chico que la quería mucho.

Algunas de las partes y han recordado mi vida pero yo no me puedo escapar recuerdo las palabras del chico del traje negro si no obedeces atente a las consecuencias pueden ser unas consecuencias fatales.

Porque he tenido que venir aquí ahora tengo inquietudes quiero ver y hacer cosas, no soportar palizas, ni humillaciones pero sólo ha cambiado la apariencia. Ahora estoy encerrada en una "jaula de oro."

**

Han pasado casi 3 días desde que estoy aquí tampoco he vuelto a ver a Kevin desde esa noche la señora mayor me dijo que tuvo que salir en un viaje urgente que volvería hoy llevo más de un día encerrada en la habitación, no quiero salir he perdido las ganas con lo poco que he descubierto en estos dos días me he dado cuenta de que no quiero vivir así.

Solo quiero ser una chica normal me gustaría aprender a leer he visto en la televisión que también hay escuelas, también me gustaría tener amigos un trabajo una casa propia y un chico que se volviera loco conmigo no uno que solo quiers obtener satisfacción sexual, por primera vez en mi vida quiero saber lo que es el amor estoy cansada de tanto sufrimiento y dolor.

Me gustaría saber quién soy, quiénes fueron mis padres de donde provengo, saber que no soy solo una simple esclava.

Pero tengo que aceptarlo llevarlo con resignación no puedo cambiar nada. Aunque mi cuerpo no me pertenece si me pertenece mi alma.

En otra parte de la casa están reunidos Kevin y Nana, Nana le está explicando a Kevin la pregunta que yo le hice, lo rara que he estado estos días, que no salgo de mi habitación y que he dejado de sonreír la tristeza ha vuelto a mis ojos.

Estoy acostada en la cama, escucho como la puerta de la habitación se abre y pasa alguien.

- Sara levántate, tenemos que hablar dice Kevin en tono de regaño.

Me levanto y me siento en el borde de la cama.

- no quiero que le digas a nadie, que te he comprado.

-Y porque si es verdad!! Replicó por primera vez en mi vida.

Levanta la mano con intención de golpearme, escondo la cabeza entre las piernas por instinto.

El golpe no llega, levanto mi cabeza y veo como desaparece de mi habitación. No debería haber contestado pero algo en mi no ha podido evitarlo.

No sé las horas que han pasado no he querido ni cenar. Noto como se abre la puerta de la habitación se que es el. Es de noche así que ya se a lo que viene. Me levanto me quito la ropa y me quedo parada delante de él me acerco y comienzo a besarlo como aprendí de el.

El me aparta, me mira a los ojos y me dice:

- pero que estás haciendo!! Dice enfadado

- solo hacia mi cometido, para esto me has comprado, digo bajando mi cabeza.

Se acerca a por mi ropa y me la entrega.

- las cosas han cambiado, tengo que explicarte algunas cosas. Dice bajando la cabeza y saliendo de la habitación.

Me visto y bajo a la sala, no lo encuentro allí, paso por la cocina tampoco está. Subo las escaleras me dirijo a mi habitación veo luz al final del pasillo.

Esta sentado detrás de una gran mesa. Tocó la puerta y espero a que me de permiso para pasar, pasan unos segundos y no responde.

Vuelvo a tocar la puerta. Esta vez sí hay respuesta.

- pase, dice con una voz fría.

Entró a la habitación me paro frente a él y bajo mi cabeza en señal de sumisión.

- yo quería... Pedirte perdón, me ilusione, vi tantas cosas en la televisión que yo creí que también merecia tener una vida como ellos, en la que yo pudiera decir y ser mi propia dueña.

Pero ya me di cuenta de que no. Yo naci para servir a los demás.

No tengo derecho a opinar y sobre todo a tener sueños. Digo mientras me arrodilló delante de él.

- no digas eso, el culpable soy yo, por tratarte como una mercancía no como una persona. Coge unos papeles entre sus manos y los rompe en pedazos. - este es tu contacto de compra. Ahora eres libre.

Estoy en shock, como que soy libre. Y que tengo que hacer ahora. Dónde voy a ir, si vuelvo a casa de mis tíos me volverán a vender, de verdad quiero eso?

- Sara, no te voy a dejar tirada, podrás seguir viviendo aquí hasta que tú lo desees. Pondré a tu disposición un tutor personal que te enseñará a leer y otras muchas cosas....

- yo prometo que trabajaré y te devolveré el dinero que has pagado por mi. No sabes lo agradecida que estoy. Vuelvo a ponerme de rodillas y a besar sus manos.

- Sara, Sara para no quiero que vuelvas a hacer esto. No es necesario.

Anda vete a dormir que mañana temprano empiezas las clases.

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