Los cuatro, actuaron en una plaza abarrotada. Había bastantes espectadores, pero las propinas que recibieron después de la actuación fueron escasas. Solo lograron ganar un poco mas de cincuenta y esto se debió, en su mayoría, a la popularidad de León.

Al ver el dinero en la caja, Judea sintió una profunda decepción. Esperaba ganar más dinero con su actuación callejera, pero resultó ser solo un poco mas de cincuenta. En su vida cotidiana, ni siquiera se molestaría en recoger esa cantidad si cayera al suelo.

Sonrió con ironía y dijo a los demás:

—Con el poco dinero que ganamos, tendremos que apretarnos el cinturón para la cena de esta noche.

León percibió que Judea intentaba sonar optimista a pesar de sentirse deprimida, así que la consoló:

—Lo hicimos bastante bien. Tu forma de tocar la guitarra es excelente, Judea. Pude ver que el público lo disfrutó. Solo que esta es una ciudad remota y muchas personas aquí no están acostumbradas