RACHEL.

Mi vida con Joey ha sido un completo relajo, comíamos comida rápida casi todas las noches, nos acostábamos tarde hablando pendejadas y ni hablar de las peleas por el baño, ya que los dos siempre nos levantábamos a la misma hora, el para ir a su trabajo y yo para ir a la universidad, también estábamos pensando en conseguir un nuevo departamento para cuando termine el semestre, ya que el contrato que firme era por cuatro meses, dormir era toda una osadía, debíamos dormir casi que uno encima del otro y a mí no me incomodaba dormir con Joey, ya lo había hecho con anterioridad y no sucedió absolutamente nada.

Ahora nos encontrábamos en el metro directo a nuestras respectivas actividades, para el chico fue un alivio que la misma ruta que yo tomaba, era la que necesitaba para llegar al trabajo y para nuestra buena suerte la empresa quedaba cuatro cuadras más delante de la universidad, nos bajamos juntos y el baja sus cuatro cuadras al trabajo.

- ¿almorzamos juntos? - pregunta Joey