XVII

Andrea

Mis piernas parecían gelatina y no podía hablar por el nudo en la garganta que tenía.

Volver a ver a aquellos ojos color esmeralda, aquella sonrisa de dientes perfectos, aquel cabello rubio perfecto y bien acomodado, me hacía ser tan feliz y tan deprimida al mismo tiempo.

-Yo... – dijo él – ¿te gustaría sentarte? – dije

- si – dije sentándome en aquellos escalones del kiosco, mirando a dos niños jugar con aquellas bicicletas color rojo.

Sentí la presencia de Kendall atrás mío, yo estaba tan nerviosa de volver a hablar con él, de volver a sentirlo cerca de mi

Voltee y él estaba sentado a mi lado, el silencio que había entre ambos era cómodo, como si aquel silencio dijera que todo estaría bien, que volvería a ser feliz…

Pero… nunca supe lo que un silen

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