Kesha
Estoy cansada...
Al tomar las mini vacaciones con Luther en la isla, tengo trabajo atrasado con el cual ponerme al día, todas las ofertas que tenemos e incluyendo la nueva editorial, es para agotarse completamente.
Cuando voy saliendo del ascensor para entrar a mi departamento, me doy cuenta que hay una sombra en la puerta, creo que es un hombre; me dio un susto, y cuando trato de huir…, se cierran las puertas. M****a.
La sombra comienza a caminar hacia mí.
Bueno, tendré que defenderme. Meto la mano en mi bolso para sacar mi pistola que siempre está conmigo y que sé usar perfectamente, pero no me da tiempo de sacarla, gracias a Dios, porque lo reconozco.
─¡Luther! ¡Por Dios! ¿Quieres
Kesha Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él. Mi mente comenzó a planificar de todo y cada cosa después de haber tomado la decisión de volver a Colombia. Por el bien de mis amigos, dejaré todo listo. Solo tengo una semana para hacerlo y espero solo durar tres días en ese inmundo lugar. Si nada sale bien, también tendré un plan para eso: desaparecer. Si con eso protejo a los míos, lo haré. Lo primero que haré es un documento para renunciar a la herencia total de esa familia y que me desvincule de ellos para siempre, para ser completamente libre. Otro documento por si tengo que desaparecer, dejándole mi empresa a mi mejor am
Kesha "Si no puedes pasar ni un día sin pensar en una persona, vale la pena que luches por ella". Al otro día le dieron de alta, solo estuvo una noche por observación, su madre se quedará con él. Les avisé que tenía un viaje muy importante a México, que lamentablemente no podía aplazar. Como se encuentra herido, no puede ni ir conmigo, ni sorprenderme como lo hizo en el anterior. Cuando llego al departamento para recoger lo poco que me llevaré, aprovecho para enviarle un mensaje a Carlos para que venga, darle el documento y contarle toda mi verdad. Llega en fracciones de segundo, ya que vive a mi lado, pero creo que esta vez rompió el record. Abre como perro por su casa y le añade dramatismo a su entrada. ─Oh, Kesy, cariño, ¿cómo estás? ¿Cómo está Luther? ¿Qué haces aquí si él está herido
Kesha No puedo creer que esté aquí de nuevo, en este lugar en el cual viví tanto sufrimiento, tantas angustias y maltratos, no puedo creer que volví, donde juré nunca hacerlo, pero tengo que salvar a los míos y si es la única forma lo haré. Estoy en el aeropuerto de Colombia, lista para alquilar un auto, porque no andaré en taxis, necesito una vía rápida para escapar, pero cuando voy saliendo del lugar, dos gorilas se me acercan. — Señora Badia, acompañemos — les doy una mirada dura, alzó el mentón y sigo derecho. — Lo siento, pero sé llegar sola — sigo caminando, pero sus próximas palabras me frenan por completo. — El jefe dice que, sino se va con nosotros, mueren de inmediato — me quedo fría, pero no lo dejo notar.
Kesha Han pasado ya dos largos años. Tan largos que no sé ni cómo he sobrevivido. Tantas angustias, desilusión y desesperanza, solo se que tengo a mi hijo conmigo y es al único que debo proteger, él apenas tiene un año y tres meses, no puedo dejar que le hagan daño, primero me matan a mi. He tenido que cubrir mis huellas, cambiar de aspecto de nuevo, para que nadie pueda encontrarme, ni siquiera Luther. El único que sabe mi paradero es Carlos, porque si no me comunico cada cierto tiempo programado, el está encargado de buscarme y quedarse con el niño. Luke, mi niño, es igual a su padre, desde lo físico hasta su forma, me he visto tentada a volver a New York, cada día lo planifico y al final no me atrevo. Luther Casi no la reconozco... Dos años sin verla, sin sentirla, sin que estuviésemos juntos, si no fuese por el plan de Carlos, no hubiera aparecido nunca, ella cree que al estar lejos de nosotros estaría a salvo y no es así, conmigo es mejor, con nosotros es mucho mejor. ¿Por qué no se nos ocurrió antes? Estaba tan perdido sin ella, la buscaba por todas partes y nunca tuve pistas, ni su amigo me decía nada, luego descubrí que en realidad no sabía exactamente dónde estaba, no pude ni siquiera avanzar, probar otra, pero ni pensándolo. ¿Ustedes cómo se sentirían que después de sufrir un accidente tu pareja te visite una vez y luego desaparezca? Casi me vuelvo loco, la busqué desesperado, no sabía CAPÍTULO º19º
Kesha Estoy en el asiento de atrás con Luke, que se ha quedado dormido, después de tan largo viaje debe estar agotado al igual que yo, pero la adrenalina y la alegría de ver a mi amor vivo y bien no me deja ni cerrar los ojos, tengo la vista fija en todas sus facciones, dándome cuenta que ha cambiado, tiene una barba incipiente, sus rasgos se ven mas varoniles, sus hombros más anchos, su cuerpo se ve más corpulento, tiene el cuerpo de Thor el dios del trueno, y podría afirmar que esta mas bueno, mas rico, mas apetecible, dan ganas de pasarle la lengua por todos lados como a mi helado favorito. Salgo de mis lujuriosos pensamientos dándome cuenta de un detalle muy importante. – ¿A dónde vamos Luther? – pregunto confundida porque este no es el camino a su lujoso apartamento. – A mi casa.
Kesha — Estoy bien, Andrés — suspiro cansada, ya es la quinta vez que se lo digo. — Te creo, pero estaré mañana allá, así te ayudo a instalarte y me aseguro de que los dos estén realmente bien — él se ha convertido en alguien importante en mi vida, un buen amigo. — Te dejo, voy a darle de comer a Luke. — Nos vemos mañana. Cuelgo y rápidamente me dirijo a la segunda planta, no se si Luther tenga experiencia con niños, pero mi bebe puede ser inquieto cuando se lo propone y más cuando es momento del baño. Llego a un pasillo donde hay cuatro puertas, pero una de esta está abierta, entro a la habitación, se nota que es la de Luther por la masculinidad que desprende, también que su olor
Kesha Cuando el oxígeno nos reclamó y el beso tuvo que terminar, con dolor en mi alma, Luther aprovechó para contarme todo lo que hizo por mí, casi un año después de que Carlos le contara todo, me imagino que mi amigo tenía la esperanza de que apareciera y le contara yo misma, pero al final se vio en la obligación de hacerlo. Luther me cuenta que junto a su amigo Julian, que no sabia que era un agente del FBI, lograron desmantelar la organización que tenía mi familia, que había quedado en manos de mi estupido hermano, y que al parecer ya estaba en una mala situación, ya que para todos poder salvarse de unos pocos años menos en la cárcel, hablaron como cotorras y no le tuvieron ninguna lealtad, al parecer "él no era como mi difunto padre", como si hubiera sido una buena persona, y era de lo peor. Me entero que a mi estup