Capítulo 5

P.O.V. Rocío.

Cuando nos subieron al carro cargados, (literalmente) nos encerraron en el y dieron marcha, así íbamos por un lugar boscoso y nevado, hace frío, pero en el jet privado nos dieron ropa abrigadora, después de unos veinte minutos mientras nos adentrábamos más en el bosque nadie hablaba. Yo sentía que en cualquier momento nos matarían. ¡Pero estas personas cómo son de fuertes! Y no se puede escapar de ellos fácilmente, yo seguía en mis pensamientos cuando el carro frenó sacándome de ellos, miré por la ventana para enterarme que frenó frente a un castillo muy bonito y lujoso. Abrí la boca ya que jamás había visto uno, realmente me sorprendí.

Nos bajaron del carro. Luchamos para no entrar, pero de nada sirvió, caminamos por el patio delantero hasta entrar al enorme y hermoso castillo. Cuando entramos veo que hay un lujoso recibidor que se conecta a la sala por medio de un pasillo muy largo.

Cuando nos llevaron a la sala entró una señora muy bonita en ella, se miraba tierna, dulce y bastante amable.

Ella se dirigió hacia esos tres chicos raros que gruñían como perros, le dio un beso y un abrazo a cada uno.

- Imagino quienes son ellos. - Dijo amable y orgullosa.

- ¿Cómo te llamas mi niño? - Preguntó a Daniel.

- Daniel, Doña...

- Amelia, pero me puedes decir Nana, es un gusto por fin conocerte y perdón si no los saludé. Hola a los tres yo soy Amelia, fui la Nana de ellos tres y también soy la encargada de esta casa. – Se presentó muy amable.

- Hola. ¿Cómo te llamas mi niña? - Preguntó a Ariana.

- Ariana, Doña Amelia. – Ariana respondió tímida.

- Lindos nombres. ¿Y tú mi niña hermosa? ¿Cómo te llamas?

- Rocío. Bajo otras circunstancias de verdad sería un gusto conocerla, pero como usted comprenderá considerando esta, no lo es tanto.

Dije lo más respetuosamente posible, pero eso pareció molestarle al hombre ese que me secuestró ya que gruñó, me dio mucho miedo así que me callé.

- No la asustes Ryder. – Dijo la señora con voz firme. ¿"Con qué así se llama el psicópata ese"? -Te entiendo mi niña, pero nadie te hará daño aquí. ¿Sí? - Yo asentí dudosa - Bien, suban a sus cuartos y luego bajan para la cena y puedan dormir tranquilos.

Todos asintieron y lo hicieron, cada quien tomó su pareja o mejor dicho a mis amigos y los llevaron a sus cuartos, el gorila ese, se acercó a mí, con delicadeza y ¿Amor? Me llevó a las gradas que conducen a los cuartos, me trata como si no pudiera caminar, como si fuese de papel que se romperá o como sí así de frágil soy.

- Puedo caminar sola, no tienes que ayudarme como si fuera inválida o algo por el estilo, así que no tienes que estar cerca de mí todo el tiempo.

- La lejanía o cercanía no está a discusión, porque estaré cerca de ti, TODO EL TIEMPO, así que acostúmbrate. Si te ayudo es porque eres el tesoro más grande que tengo.

Me callé, ya no quería seguir escuchando las palabras absurdas de este hombre... Terminamos de subir gradas (eran muchas) y varios pisos. Entramos a un pasillo muy largo con muchas puertas.

Caminamos hasta dónde pude observar que es casi el final del pasillo, nos detuvimos frente a dos puertas blancas que parece ser el cuarto principal.

Este tipo está forrado en dinero, pude escuchar que muchos le decían "Alfa" y bajaban la cabeza ante él. No le di importancia ya que ese debe ser su nombre de mafioso, si, eso es, es un mafioso.

Él abrió las puertas y me dio el paso, entré y vi un hermoso cuarto con tres puertas más dentro de el, una cama exquisita y muy ordenada, será mafioso, malo, secuestrador, pero al menos tiene muy buen gusto.

- Mi Luna, este es nuestro cuarto y no, no dormirás en otro. - Parece que lee mi mente. - La puerta de en medio es el baño, la puerta de la derecha es mi vestidor y la puerta de la izquierda es tu vestidor, ponte cómoda, después bajaremos a comer.

Yo asentí con un poco de miedo. ¿Qué querrá este loco? él abrió la puerta de la derecha y me dio vista de un hermoso vestidor muy masculino.

Entro allí y cerró la puerta con mucho cuidado, cómo si la fuese a romper.

Me dirigí a mi supuesto vestidor abrí la puerta y me encontré con el más hermoso vestidor que haya visto, revisé algunas prendas y zapatos y todo era de mi talla, había un tocador/peinador, habían accesorios, joyas, carteras, Lentes/Gafas/Anteojos/oscuras, había cosas para higiene personal femenina y de toda clase de cosméticos de mis tonos y mis favoritos, accesorios para peinados, había de todo menos, un teléfono. Cansada de buscar el teléfono tomé ropa cómoda para dormir ya que es de madrugada y me dirigí al baño.

Al entrar me sorprendí. ¡Que baño! Aquí caben muchas personas juntas, este hombre sí que piensa en todo, la habitación y todo hasta el baño es para dos personas, todo es matrimonial.

cerré la puerta con seguro e hice mis necesidades, mi rutina nocturna, me bañé y me puse una pijama cómoda. Casi siempre prefiero optar por prendas cómodas ya que la ropa muy ajustada lastima mi cuerpo, pero lastima un poco más mis grandes, anchas y gruesas caderas, más que mis pechos o mi trasero, y su volumen siempre es un problema ya que siempre me quedo atascada/atorada en espacios reducidos. Ni modo. Me cambié y decidí salir.

Al salir me encontré con ese gruñón sentado en la cama, traía puesta una pijama del mismo color que la mía... Que sexi le queda es que, con ese cuerpo, ay no. ¿Rocío, qué cochinadas estás pensando?

- Está bien amor soy todo tuyo. Tú también estás muy sexi y tierna con esa pijama, pero estarías mejor sin ella.

¿Qué cosa? ¿Ha leído mi mente? No puede ser, debió ver mi expresión solamente... Él sonrío y me tomó de la mano, yo no hablé en ningún momento.

Decidí cambiar de tema - ¿Cómo supiste mi talla de ropa? ¿Y cómo tenías lista la ropa y las demás cosas cuando ya llegué? - Pregunté con mucha curiosidad.

- La compré mientras volábamos. la trajeron aquí y alguien ordenó todo. Respecto a tu talla, sólo pregunté - En verdad es inteligente, me sorprende, pero ya que me lo dijo no estoy tan curiosa ahora. - Bajemos ya debe estar la cena. - Dijo amable y me dirigió fuera del cuarto.

Salimos del cuarto y nos dirigimos al pasillo, bajamos las gradas y pasamos por la sala a otra puerta, él la abrió y allí estaba un gran comedor con muchas sillas y en el sentados los amigos del gruñón y mis hermosos amigos. Los saludé con un guiño, el gruñón me sentó es una silla del extremo derecho junto a la cabecera de la mesa y él se sentó en la silla de la cabecera.

Una chica nos trajo la cena que preparó la Nana, le agradecimos después ella se retiró.

Es de madrugada, así que la cena es muy ligera. No nos costó mucho terminar puesto que teníamos hambre... Al hacerlo nos despedimos, aunque yo me quería quedar con mis amigos y ellos conmigo, pero ellos tres no nos dejaron, subimos las gradas hasta el cuarto del gruñón. Yo no hablaba para que él no conversara conmigo. Entré al baño a lavarme los dientes, y vaya que me llevé una sorpresa, en el baño hay dos cepillos de dientes uno azul y otro morado. Parece que el gruñón además de psicópata y secuestrador es machista. De todos modos, utilizaré el morado ya que es probable que él ya haya utilizado el azul y no me importa mucho porque el morado es mi color favorito... Terminé de lavar mis dientes y salí del baño encontrándome al hombre ese recostado sobre la cama.

- ¿Lista para dormir mi Luna?... ¿Sabes? Te ves tan sexy así pero no puedo ir tan rápido debo esperar un poco si quiero que me ames como yo a ti. - Dijo mientras me observaba de una manera extraña. Hablaba con una sonrisa y a la vez triste.

- Por favor... Te lo suplico, déjame ir o al menos dame otro cuarto, no me puedes obligar a dormir contigo.

- Mi Luna, ya te dije que esto no está a discusión y no me obligues a hacerlo a la fuerza, prefiero que todo esto sea por las buenas por tu bien.

- Está bien, pero no me harás nada malo, no me vas a lastimar. ¿Verdad? - Pregunté con miedo y nervios.

- Claro que no mi Luna, jamás haría eso, nunca lo voy a hacer, te lo prometo, y las cosas que pasarán serán porque tú quieres y me dejas. ¿Ok? - Yo asentí un poco confiada.

- ¿Me darás mi espacio en la cama? - Pregunté de manera cohibida.

- Es un poco difícil de aceptar... Lo intentaré no prometo nada ya que me gusta abrazar algo y más si eres tú.

Asentí, me relajé un poco, acepté la situación, caminé hacía la cama puse algunas almohadas en medio y me acosté en la cama bajó la atenta mirada y sonrisa de ese gruñón.

- Las almohadas simularán ser el paralelo treinta y ocho (38), no las puedes cruzar y yo tampoco. - Dije seria.

- Como tú digas, buenas noches mi Luna. - Habló entusiasmado.

- Buenas noches. - Dije seca y sin sentimientos. Tengo la esperanza de que todo esto sea una pesadilla y despierte en mi casa junto a mis padres a los cuales extraño demasiado.

Pasaron dos horas, son como las 4:00 AM. Desperté por dos cosas, primero porque tenía frío y segundo porque el gruñón a mi lado no para de roncar, pero más porque él ronca.

De la nada él quitó las almohadas y me abrazó, tal vez escuchó el castañuelo de mis dientes por el frío y cómo si supiera me abrazó atrayéndome a su anatomía rodeándome con sus enormes brazos. Debo reconocer que él es muy cálido, es como estar cerca de la calefacción

En segundos suprimió el frío por su calor. Además de cálido se sentía dulce y suave y a la vez me siento segura en sus brazos. Era tan acogedor que el sueño me invadió, me moví y le correspondí el abrazo. Estaba consciente y sabía lo que hacía, por eso lo hice, porque me gustó.

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10:00 AM.

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Desperté gracias a la claridad que se colaba por la enorme ventana, me solté del agarré del gruñón cómo pude ya que me tenía muy fuerte, no me lastimaba, pero era lo suficientemente fuerte como para no poder escapar... Cuando lo logré me levanté de la cama para estirar un poco mi cuerpo, miré una ventana y me acerqué a ella para ver, este psicópata no tiene la típica vista de la ciudad o la playa o las montañas, no, él tenía un bosque nevado cómo vista desde su ventana, sin embargo, debo reconocer que es muy hermosa.

Me separé de la ventana y entré al baño, me preparé, pero no me maquillé ya que no saldré por así decirlo, o la salida que planeo no amerita maquillaje. Terminé y salí del baño con una bata en el cuerpo y una toalla en la cabeza, entre a mi vestidor para ponerme ropa deportiva, me sequé el pelo y así lo dejé, no tengo ganas de hacerme ondas o alaciarlo o hacerme un peinado.

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