Esa noche Antonio está en la habitación, esperando por Elizabeth, sabe que tal vez no debió hacerle aquella petición, pero él de verdad la desea y ama como mujer…no sabe cuándo pero se enamoró de Elizabeth, como él dijera ella fue la única que le hizo dudar de su homosexualidad, y quiere estar con una mujer, y Elizabeth es la única que merece ser la primera y la única en su vida…

Pero con el pasar de los minutos y dándose cuenta de que ella no llega, Antonio decide buscarla para decirle que olvide su petición, que fue un deseo tonto, pero que aun así quiere continuar con su amistad con ella.

Cuando está por ir hacia la puerta ve a la joven entrar llevando un lindo vestido blanco sin mangas, corto y su cabello pelirrojo cae por su espalda.

-Cher…

-Lamento llegar tarde Antonio – sonriendo – pero estaba ocupada

-¿Ocupada, con qué?

-Tenía que evitar que Madame Aimée viniera y nos interrumpiera, así que la envié de vacaciones a Londres – dando una enorme sonrisa

-Cher – sonrojándose de gol