Por Rocío Logré esconderme entre dos autos, volver a la clínica no era una opción.Tal vez me entubarían nuevamente o Charo se podría ocupar de medicarme con algo que no correspondía y entonces moriría sin remedio.Él ya no me cuidaba, ahora estaba con ella.Lo raro era que no tenía lágrimas para Ramiro, el dolor estaba, tal vez era porque yo estaba en shock.Estaba cansada, mareada y seguía con poco movimiento.Logré llegar casi hasta la salida, siempre escondiéndome entre los autos.La ambulancia mortuoria pasó muy cerca mío, no se dieron cuenta de que faltaba un cadáver.Logré caminar media cuadra, ya debía ser de madrugada, en la calle no había ni un alma, sólo la mía, que de verdad estaba en pena.Caminaba unos pasos y tenía que parar, me caí varias veces y muchas veces avanzaba arrastrándome, y ahora sí, el frío comenzaba a sentirse.Logré gatear, sí, gatear como los bebés.De esa forma pude avanzar varias cuadras.La ciudad la conocía bien.Era mi ciudad, aunque si logro salir
Por Ramiro.No terminaban más de llegar infectados.Yo sólo quería estar al lado de Rocío, peor entendía que mi obligación era tratar de salvar vidas y que la vida de mi mujer, porque así la consideraba, sólo dependía de las malditas máquinas y de su lenta evolución, y si me quedaba a su lado, cruzado de brazos, la ansiedad me iba a ganar e iba a tratar de desconectarla antes de lo conveniente.Comencé a atender a pacientes.Era un nunca acabar.Vi muchas caras nuevas, eran médicos que habían llegado de una ciudad aledaña, creo que muchos no estaban recibidos, pero todo sumaba, ya que los que estuvimos desde el principio, estábamos exhaustos.Hacía días que apenas tenía tiempo para ir al baño.Los pacientes fallecían a pesar de que muchos ya tenían dos dosis de las vacunas.Particularmente yo me apliqué la tercera.Quería estar bien para cuando mi bella doctora despertara.De repente, cuando volví del baño, vi que la cama de Rocío estaba vacía.Me quedé frente a ella sin comprender lo
Por RamiroVolví a salir de la sala de terapia.No sabía qué hacer, sentía que ya no tenía un lugar en el mundo.De repente me acordé de mi hermano y comprendí lo que él sufría cuándo Karen estaba internada.No los llamé, les tengo que avisar.Se me ocurrió que Facundo puede recuperar las cenizas de Rocío.Al pensar eso, es decir en las cenizas de ella, mi llanto volvió a aparecer.Marqué el número de mi hermano.Cuándo me atendió no pude hablar.Mi llanto volvió a aflorar.-¿Qué pasó Ramiro?-Se murió.-¿Quién se murió?Me preguntó, pero yo no pude contestarle, sólo lloraba.Mis temblores casi no me permitían sostener el celular.-Ella.Dije al fin.-¿Quién?Preguntó, tal vez adivinando que había sucedido.-¡Ramiro! ¡Hablá!Exige gritando.-Ro…No pude nombrarla, no puedo decir que ella se murió.Creo que corté, no lo sé.Estaba llorando en el pasillo, sin poder moverme.Escuché gritos en la puerta de la clínica, no estaba muy lejos de ella.De repente alguien me abraza, era mi herma
Por RocíoDejé la llave en donde solían dejarla mis padres.Manejé despacio.Al alejarme de mi ciudad natal, sentí que iba dejando mi vida allí.Que mala broma del destino.No quiero ni pensar, aunque no puedo dejar de hacerlo.Tengo que tener mis sentidos en la ruta, aunque estaba prácticamente vacía.Todo era desolación.No quise ni mirar al pasar cerca de la clínica, es que era paso obligado para salir de la ciudad.El dolor de mi corazón era inmenso.Charo la hizo muy bien, la felicitaría por su inteligencia y su maldad, pero más allá de ella, él no estuvo conmigo, permitió que me embolsaran sin revisarme, sin fijarse si estaba viva.No sé cómo hicieron con mis papeles, porque mis documentos estaban en la casa de mis padres.¿Quién habrá firmado mi certificado de defunción?¿Él?Ya había hecho unos cuántos kilómetros cuando llegué al puente que une los dos países.Me preparé para que me paren, para que no me dejen pasar.Tenía documentos que decían que me tenía que presentar en la
Por Rocío-¿Qué pasó con tu novio?Gabriel es claro, quiere saber y creo que cuando le cuente, es capaz de buscarlo para matarlo con sus propias manos.-Yo lo conocí en la playa, después lo vi en la casa de Karen y se dieron las cosas… comenzamos a salir.Tragué saliva.No podía seguir hablando.-¿Qué te hizo?Hice una mueca, mientras mis lágrimas fluían sin parar. -Me juró su amor eterno, me dijo que me iba a amar para siempre.-¿Te engañó?-Ojalá me hubiese engañado, aunque sí lo hizo, pero eso no me importa.-¿De qué hablás?Le conté que me contagie de COVID, le dije que él estaba al principio y terminé por confesarle todo lo que viví.Gaby me conocía bien y hasta sabía quién era Charo, no porque la haya nombrado muchas veces, pero siempre prestaba atención a mis palabras y tenía muy buena memoria.-Nadie revisó mis signos vitales y ella, como enfermera, no podía desconectarse.-¡Es una asesina!-Sí, creo que pensó que yo estaba muerta, o que si me desconectaba, moriría sin remedi
Por Ramiro.El último mes los casos bajaron abruptamente, hacía mucho tiempo que estaba allí.Cada tanto Charo me buscaba y terminábamos teniendo sexo, algo rápido, era un desahogo de mi cuerpo, pero luego la culpa seguía envolviéndome, acusándome.Quisiera cambiar todo lo sucedido, tener un poder divino para resucitar a Rocío.Quiero amanecer con mi amor, con la mujer que había elegido para caminar juntos por la vida.Decidí que ya era tiempo de volver, podía hacerlo.La presencia de Rocío ya no me acompañaba.La que estaba en su lugar era Charo, es una buena mujer, pero no la amo, por eso siempre le recalcaba que éramos amigos, aunque muchas veces estábamos bastante tiempo juntos.Hablé con Bautista, le dije que volvía para mis pagos.Tenía mi lugar en Buenos Aires.Estábamos en la casa de mi hermano, cuando mi cuñada entró furiosa.-¿Salís con la hija de puta de Charo? ¿Cómo podés hacerle eso a Rocío?-No salgo, somos amigos.-Esa mujer no es amiga de nadie.-Karen, dejá rencores d
Por Rocío Mis noches eran terribles, se mezclaba todo, la bolsa mortuoria, recordaba esas cuadras arrastrándome para huir de la misma muerte, esa soledad a la cual él me empujó, luego de hacerme creer que el amor había tocado su corazón y que yo era la elegida de su vida.Que se había entregado a ciegas sin ninguna razón, solamente porque así lo dictaba su alma.-Quiero comenzar a trabajar.Le dije a Gaby.-De acuerdo, pero antes quiero terminar una conversación.Se agacha, sorprendiéndome mucho.Con un anillo en la mano, y con cierto pudor, me tomó la mano.-¿Te querés casar conmigo?Me preguntó ansioso.Estoy segura que si hay alguien que en algún momento puede borrar mi tristeza, esa persona es Gabriel y egoístamente le dije que sí.-Sí, Si, cielo.Me colocó el anillo y me besó, muchas veces me besaba y algunas veces las caricias subían de tono, pero todo se quedaba ahí.Yo no me iba a negar a nada.Creo que él eso no lo sabía.Realmente quiero a Gabriel.Esta vez las caricias sig
Por Ramiro.Llegué a Argentina, lo hice sin ninguna ilusión.Mi vida estaba vacía.Los que me conocían, lo atribuyeron a la pandemia, muchos sabían que quedé atrapado en Uruguay, sin poder moverme de allí, pero también sabían que me dediqué a atender enfermos en la clínica de Bautista Poveri, su clínica era medianamente conocida, al menos entre algunos colegas.Nadie sabía que hubo en mi vida una mujer tan sensual como hermosa, que me había entregado su alma, aunque lo hizo por poco tiempo, pero fue suficiente para hacerme llegar al cielo, aunque luego la vida me demostró que era tan humana que la muerte la encontró como a cualquier otro humano.Sin embargo quisiera creer que ella está siempre conmigo, aunque si fuera así, se sentiría engañada cada vez que tengo en mis brazos a otra mujer.No suelo hacerlo muy seguido, una vez al mes, tal vez dos, creo que lo hago para calmar mi ansiedad.No deseo a ninguna otra mujer, aunque con Charo lo hice varias veces, siempre por iniciativa de e