Nollace se levantó apresuradamente y se acomodó la camisa. "No importa la razón, debo ir a reunirme con mis mayores".
En el Hotel Santa Diego...
En el restaurante, dos personas estaban sentadas junto a la ventana.
Eran Nollace y Naphtali.
Naphtali saboreó el café de la taza y levantó la mirada. "No sé mucho sobre los negocios de mi padre con el Señor Matthews. Después de todo, ahora yo mismo creé una empresa de perfumes, así que rara vez intervengo en los asuntos del Grupo Lewis".
Nollace sonrió y frotó el pulgar contra la esfera de su reloj. "Señor Lewis, que talentoso es. ¿No piensa casarse?".
Naphtali pausó un momento, dejó la taza de café y esbozó una sonrisa. "No tengo planes por el momento. ¿No será que tienes una dama que te gustaría presentarme?".
"¿Qué tipo de mujer prefiere, Señor Naphtali?".
"No soy exigente en ese aspecto, siempre que sea una dama".
La mirada de Nollace estaba fija en la hora que mostraba su reloj hasta que el repentino sonido de tacones altos golp