KALEB
Conseguir el amuleto iba a ser mucho más difícil de lo que inicialmente Damian me había hecho creer. Eso se hizo evidente en el momento en que vi por primera vez a Clarys. Bueno, Claryssa, como decía su etiqueta con su nombre en la camisa. Dudaba mucho que supiera lo que estaba haciendo cuando nos disparó con esa poderosa energia que emergió de sus manos, y eso me hizo preguntarme en qué exactamente nos había metido Damian a los tres.
Una hechicera con habilidad era peligrosa. Una bruja sin control de su magia era mortal.
Observé el espacio de la carretera por el que ella había desaparecido y negué con la cabeza, cuando vi la extraña sustancia pastosa que había quedado.
Con cada momento que paso con Damian, me encuentro cuestionando mi acuerdo con su trato cada día más.
— No me dijiste que podía hacer magia, la endemoniada chica es una bruja — le espeté furioso — Eso complica las cosas más de lo que me habías hecho creer.
—Bueno, ella ciertamente es algo especial — dijo Damian —Aunque una bruja sin entrenamiento. Esta frita.
Me giré hacia él y clavé un dedo en su pecho.
—¡Casi me quema la cara!
— Que pena que solo fuera, casi — dijo con un ceño exagerado —Hubiera sido una mejora.
Gruñí mientras apretaba los puños. Estuve a segundos de hacer mejoras en su rostro.
—Ella es nueva— dijo Jace — Pero tiene instinto.
Era un hombre de pocas palabras, y menos aún de las que tenían mucho sentido para mi. Este resultó ser una de las excepcionalmente pocas veces en las pude entender de lo que estaba hablando, y la idea que tenía de entrada era tan irritante como molesta.
—Nadie te preguntó —le espeté.
Se encogió de hombros y sonrió a su manera irritante. Negué con la cabeza y volví a centrar mi atención en Damian.
— Dame una buena razón para no volverme loco en tu cara en este momento.
—¿Sólo una?— preguntó —Soy más bonito que tú _ respondió como si todo esto fuera un juego para el.
Grité mientras me giraba y golpeaba el costado de la pared. Mi lobo quería salir y destrozar al hombre y me estaba costando cada onza de mi voluntad no permitir que eso sucediera.
Necesitaba volver a casa. Lo último que quería era quedar atrapado en esta tierra extraña. Olía raro, y las chicas hermosas parecían tener un don para desarrollar la magia de energia.
—Relájate, Kaleb. Está justo donde la queremos— dijo Damian.
¿Cómo podía estar tan tranquilo? Actuaba como si hubiera esperado que todo esto sucediera de esta manera. Una vez más, era el último en conocer los detalles de sus planes. No sabía qué me enfadaba más. Su personalidad o los detalles aún poco claros del trato que hizo conmigo.
Debería haber dejado que Morgana tomara mi cabeza, asi no tendría que soportar de la incesante molestia y estupidez de estar en presencia de Damian. Cualquier cosa sonaba mejor que la situación en la que me encontraba. A pesar de todo, mordí el anzuelo.
—¿Dónde está eso exactamente?— pregunté mientras me frotaba la mano, en contacto de la piedra áspera de la que estaba hecha la pared de la casa de la chica.
—¡La hallaremos en el bosque Bunskang!— anuncio Jace y se rió para sí mismo _ Si nos movemos rápido podremos darle alcance, antes de que termine perdida en el.
Suspiré y negué con la cabeza. Definitivamente no se donde me metí yo con este par de idiotas. Los rumores que rodeaban los eventos que lo llevaron a su situación actual cobraban más y más sentido con cada hora que pasaba con él. Todavía no estaba seguro de por qué tenía que ser el hechicero para ayudarnos. Tal vez fue el hecho de que él y yo éramos los únicos estúpidos y lo suficientemente desesperados como para llegar a un acuerdo con personas como Damian.
—Los árboles la destrozaran si no nos apresuramos — dijo Jace.
Lo miré brevemente. El bosque maldito se destacaba por muchas cosas. Pero ser amable y mostrar misericordia a los que deambulaban por su tierra no era una de ellas. Realmente estaba tratando de matar a la chica si eso era lo que hacía falta.
Jace olfateó el aire y miró a su alrededor antes de reírse para sus adentros.
Miré a Damian —¿Bosque Bunskang?
Damian asintió.
Negué con la cabeza y suspiré antes de preguntar:
—¿Por qué, por favor dime, sería ese el lugar exactamente donde la queríamos?
—Porque, mi dudoso amigo, está cerca de donde debemos estar— dijo Damian.
Nivelé mi mirada sobre él. Mi paciencia se estaba agotando.
— No soy tu amigo _ le dije mirándolo seriamente.
Damian rodo los ojos y agrego:
—El bosque maldito es inevitable en nuestra travesía. Si ella logra morir. Entonces mucho mejor. Sonrió como un maldito psicópata.
—Oh bueno. Si claro, un bosque maldito realmente está exactamente donde la queremos— dije sarcásticamente _ ¿Cuándo se me ocurrió entrar en esto?
Damian se encogió de hombros.
—Ahora lo estas _ dijo el muy idiota.
Gruñí de nuevo.
—Increíble. Todos vamos a morir en ese bosque _ sentencie.
—No pudo haber llegado muy lejos— dijo Damian.
— Ella se ha metido en tu cabeza— dije —Ella es una chica inocente atrapada en tu trampa, como Jace y yo.
—Tal vez— dijo Damian —Pero con suerte, podemos sacar el amuleto de su cuerpo y terminar con esta persecución del gato y el ratón. Cuanto antes consigamos a la chica, antes te librarás de mí.
Resoplé.
—Matar a una chica nunca fue parte del plan _ le grite a la cara.
Damian sonrió como un psicótico.
—Nunca dije nada sobre matarla, pero me gusta tu forma de pensar _ se burlo Damian.
Apreté los dientes y solté un suspiro.
—Estoy reconsiderando seriamente todo este asunto nuestro. De repente, perder la cabeza suena como el cielo en comparación con trabajar contigo.
—No te preocupes, mi no amigo— dijo Damian mientras golpeaba su mano contra mi hombro. —Si nos damos prisa, podemos alcanzarla a tiempo para salvarle la vida. Aunque no te recomendaría eso. Quedar atrapado con una mujer fue lo que te metió en este lío en primer lugar.
—Estoy empezando a arrepentirme de este trato nuestro. Si fuera tú consideraría seriamente tus próximas palabras antes de decirlas —le advertí.
Él rió.
— Para un guerrero experimentado como tu, eres bastante sensible _ dijo el avanzando hacia el callejón por donde la chica había corrido antes de evaporarse antes nuestros ojos.
Me agarre el puente de la nariz.
—Solo… llévanos allí. Estoy harto de perder el tiempo contigo. Cuanto antes pueda cumplir mi parte del trato, antes podré terminar contigo y seguir adelante con la vida que me quede.
Sacudió la cabeza.
—Exactamente _ dijo sin voltear a mirarme —Muy bien— Se volvió hacia Jace — Haz tu magia, Comodín.
Los ojos de Jace brillaron en la casi inexistente luz dentro del callejón. Movió sus manos en círculos directamente frente a él, y una ráfaga de viento nos rodeó.
—Más cerca— murmuró.
Apenas lo había escuchado. Damian lo hizo o de alguna manera supo exactamente qué hacer. De cualquier manera no me habría sorprendido. Agarró el brazo de Jace y dirigió su mirada hacia mí. Era la mirada impaciente que ponía cada vez que las cosas no salían de acuerdo con su plan, aunque nunca lo admitiría. Suspiré y me paré al otro lado de Jace. En el segundo en que mi mano agarró su brazo, soltó una risita aguda.
Lancé una mirada cautelosa hacia él mientras círculos negros de viento se levantaban del suelo, girando a nuestro alrededor. Una vez que estuvimos protegidos dentro del circulo, una fuerza invisible tiró de mí, y estuve malditamente cerca de ser arrancado del brazo de Jace. El viento negro siguió llenando mi vista y mis pies se levantaron del suelo. destellos de relámpagos dorados y verdes brillaron ante mis ojos. Los cerré con fuerza y deseé que el viaje hubiera terminado ya.
No tenía nada en contra de la magia. Simplemente odiaba ser parte de eso. Más aún cuando tenía algo que ver con un hechicero desterrado y una pantera tramposa.
Cuando mis pies tocaron el suelo nuevamente, el viento y los relámpagos se desvanecieron cuando un trueno rasgó el aire al aterrizar.
—Eh—reflexionó Jace —Hemos llegado en tres piezas.
Miré al hombre. Si no era Damian tratando de buscar mi muerte, era Jace. Estaba seguro de eso. Me había considerado afortunado de que en realidad no apareciésemos en tres partes.
—¿Dónde encontraste a este tipo?— Le pregunté a Damian.
—Tengo mis fuentes— dijo y olfateó el aire —Ah. Hogar dulce hogar.
Negué con la cabeza.
—¿Sabes qué? Realmente no me importa _ dije ladeando la cabeza.
—Ven, ella está por aquí— dijo Damian y abrió el camino al pasar instantáneamente a través de los árboles del bosque de Bunskang.
—¿Cómo lo sabes?— pregunté, dudoso.
Me sonrió.
_Yo tengo mis maneras _ me dijo.
Negué con la cabeza y fruncí el ceño.
—Estoy convencido de que estás inventando esta m****a, solo improvisas.
Él rió.
CLARYSSACiertamente ya no estaba en Illinois. Había caminado por el bosque desolado por lo que parecieron horas, también había una gran posibilidad de que estuviera caminando en círculos considerando que pasé por la misma piedra y el mismo tronco cortado de árbol tres veces, el tiempo no parecía tener ninguna relevancia en el lugar donde me encontraba, y me pregunté si la magia de mi amuleto que me había animado a cruzar el tornado no estaría tratando de matarme también.No es que pudiera hacer nada al respecto después del hecho, pero debería haberla ignorado y haberme ocupado de los hombres que me perseguían. Probablemente debería haberles dado el amuleto y seguir con mi vida. Pero el collar, por extraño e inusual que fuera, era lo último que tenía para recordar a mi madre, y todavía no estaba lista para separarme de él. Y dudaba que alguna vez estuviera lista.Las sombras a mi alrededor tomaron vida propia, moviéndose y balanceándose en las esquinas de mis ojos gracias a la
DAMIANEncontrar a la chica fue bastante simple. Kaleb no insistió en el tema de cómo sabía dónde estaba ella. Esos detalles eran un secreto para mí, aunque sospechaba que él sabía más de lo que decía.No importa, si no estaba dispuesto a presionar para obtener las respuestas que tanto deseaba, no se las iba a dar. No le iba a decir que lo haría. Estaba jugando al infierno para mantenerlo alejado de mi olor, no importa el pequeño hecho de que ya sospechaba de mí, no es mi culpa si se traga las mentiras que le doy.Pero yo tenía un papel que desempeñar en todo esto, igual que él, lo mismo que Jace, y todo terminaría muy pronto.Nunca esperé que Clarys revelara su ubicación tan fácilmente, no importa que ella no queria hacerlo, tenía mis maneras de encontrarla sin su luz, el hecho de que ella la hubiera usado solo facilitó mi trabajo.Sonreí para mis adentros mientras la luz bailaba en mi visión, ella no estaba demasiado lejos, el cambio a mi favor me hizo sonreír, rápidamente ideé
CLARYSSAMe mantuve en silencio durante el resto del viaje, también mantuve mis ojos en los hombres frente a mí, de vez en cuando, uno de ellos me miraba por encima del hombro para asegurarse de que todavía estaba detrás de ellos, por supuesto que yo estaba detrás, fui más inteligente de lo que ellos pensaban, además, estaba claramente fuera de mi elemento aquí, mi mejor apuesta era quedarme con ellos por el momento, una vez que tuviera un camino a casa, iba a tomarlo, y al diablo con su trato.No mucho después de que saliéramos del bosque extraño, llegamos a una cabaña pequeña y en ruinas que parecía que se iba a derrumbar si alguien respiraba fuerte sobre ella, estaba rodeada por un pequeño claro con árboles frondosos, estos árboles eran diferentes a los del bosque maldito, como lo llamaba Damian, el aire también era diferente, aqui escuché animales más pequeños alejándose de nosotros a medida que nos acercábamos, una suave brisa susurraba entre las hojas de los árboles, la luz de
jaceOdiaba la maldición que se me impuso, no me malinterpreten, pero me había acostumbrado a la idea de que las cosas eran como eran y nada iba a cambiar eso.Nadie entendía que mi cerebro funcionaba bastante bien, era coherente, lúcido y sabía lo que todos decían, pero a la hora de pronunciar mis hechizos, mis palabras salían como un desastre y apenas la mitad de ellas tenían sentido. Y entonces como crear magia cuando lo esencial lo habia perdido.He caído en lo mas bajo de la cima donde una vez había estado. Del hombre que solía ser ya no queda casi nada o... Nada.Aunque esos días quedaron atrás, a menudo me encontraba añorándolos una y otra vez, lo habia tenído todo, yo era uno de los hechiceros principales de Snundville, cuando las hadas se revelaron a la hermadad alli estaba yo, mediando por la paz, cuando los elfos del sur y los del norte entraron en guerra por el territorio me llamaron a mi el hechicero mas poderoso capaz de levantar una muralla territorial solo con unas po
claryssaUn peso cayó sobre la cama, sacándome de un sueño que era más ligero de lo que quería. Recordé dónde estaba y me di cuenta de que uno de los hombres se había acostado en la cama conmigo, mis ojos se abrieron cuando me senté.—¿Qué estás haciendo? _ grite.La forma no se movió. Simplemente dijo:—Mirando el universo.Suspiré con alivio.—Oh, solo eres tú, Jace.Era el más seguro de los tres hombres, si fuera Kaleb o Damian, lo habría golpeado y lo habría echado de la habitación. Literal y figurativamente. Pero con Jace, había algo dulce y profundamente herido en él, vi la dulzura y la tristeza en sus ojos cada vez que se encontraban con los míos, y después de escuchar lo que le pasó, entendí por qué. Probablemente lamentó su magia e intelecto. No tenía idea de quién era antes de que esa mujer, la bruja mestiza, entrara en su vida, pero estaba segura de que ahora lo torturaba.Me recosté en la cama y miré al techo, las cosas entre nosotros cayeron en un silencio pacífico. De
KALEBClaryssa era diferente a cualquier otra mujer que hubiera conocido antes, lo supe en el segundo que la conocí, mi sangre corría por mis venas a una velocidad indescriptible y mi lobo reaccionó a su olor. Una vez que la vi, comencé a cuestionar el plan, no solo eso, sino que fue el momento en que quería algo más de la vida. La deseaba, pero por mucho más tiempo que una noche o incluso el transcurso de varias noches, esperaba convertirla en mi compañera.El plan era bastante simple, lo cual fue una cosa más que me hizo cuestionar la veracidad de la parte del trato de Damian. Todo lo que tenía que hacer era conseguir el amuleto de buena gana o a la fuerza. La elección dependía del portador.No creía que ninguno de nosotros esperara a alguien como ella. Damian podría haberlo hecho, pero nunca fue comunicativo con la información que manejaba. Era una cosa con él. Tenía una forma de convencer a la gente... de engañarlos para su beneficio.El plan ya no iba a funcionar como él quería,
CLARYSSAMi sueño pacífico se vio interrumpido por los sonidos de animales y personas peleando afuera de la cabaña, gritos de dolor resonaron en el aire, respiré hondo cuando una nueva sensación se apoderó de mí, una urgencia que me heló la sangre, el problema estaba aquí, y sonaba mortal. Mi corazón latía a través de mis oídos, casi ahogando los sonidos que venían muy cerca.Demasiado cerca.Y si había una pelea, Kaleb y Damian eran, sin duda, parte de ella.Salté de la cama en busca de mi ropa, pero vaya no la halle, en una de las sillas habia una especie de abrigo blanco y unos pantalones del mismo color, los tome y me vestí rápidamente, luego tiré de Jace, que estaba roncando ruidosamente.—Levántate _ grite.Él gimió, aun somnoliento.—¡Jace!— grité.Abrió los ojos.—¿Qué?—Tenemos que irnos, alguien está aquí, y afuera hay una pelea en marcha —dije.Sus ojos se convirtieron en una mezcla de curiosidad y seriedad mientras inclinaba la cabeza hacia un lado para escuchar el caos qu
DAMIAN— Eres una chica increíblemente estúpida, estúpida— espeté y comencé a caminar por en circulo frente a la cabaña de Jace.—¿Disculpa?— dijo Claryssa con la ira creciendo en su voz — ¿Cómo te atreves a insultarme así? ¡Especialmente después de todo!—Damian— dijo Kaleb interrumpiendo mi momento de furia. Un momento que involucraba solo a Clarys y a mí. — Tómalo con calma. Ella acaba de salvarnos el trasero.—Gracias— dijo Claryssa —Ya era hora de que alguien reconociera ese hecho no tan pequeño.Ignoré a Clarys y me volví hacia Kaleb.—Sí, pero no sin arriesgar su vida al mismo tiempo ¿Te olvidaste del plan, Kaleb? ¿O un golpe en la cabeza hizo que se aflojaran algunos tornillos centrales?Kaleb frunció el ceño, sus ojos se estaban volviendo fríos, y sabía que estaba tentando a mi suerte, pero no me importaba. Todo estaba mal. Muy mal. Este no era el plan. Se suponía que ella no debía pelear. Ni siquiera se suponía que ella estuviera aquí, se suponía que íbamos a tomar el amulet