Por Emanuel.

Al final no le dije a Cris, que el psicólogo era para Bruno, porque considero que es hora de que el que creía mi hijo, sepa la verdad sobre su verdadero padre.

Espero que Bruno lo pueda superar.

Inmediatamente la carita de Dante se apropia de mi mente.

¡Sabía que yo era el padre!

Desde que me enteré de la existencia de Dante, supe que yo era el padre, era mi propio reflejo, quise pensar que podía ser el hijo de mi hermano o de alguien más, pero mi corazón me gritaba la verdad.

Todo concordaba.

Mi vida resplandecía.

¡Tenía un hijo!

El carrusel de mis sueños se detenía en la estación más bella del mundo.

Porque si lograba conquistar a Sol, sabía que iba a ser feliz para siempre.

No tendría razones para estar mal, mi amor sería con un río que no tiene fin, porque desembocaría en un mar de amor y de pasión.

Aunque la molesté y me excedí con ella, era mi manera de llamar su atención, porque realmente necesito todo de ella, y si no podía tener su amor, al menos, de alguna manera