By Agustín

Tomamos un café, lo preparó Ludmila y Carlos la ayudó, se estaban matando en la cocina, en el living, Catalina, estaba sentada en medio de Any y yo.

Any tiene razón en algo, ésta noche termino con alguna puta, no aguanto más, por haberla besado en el auto, tengo mi líbido altísima, fue lo peor que pude haber hecho.

Estoy hirviendo y tengo que sacarme la calentura que me provoca ésta mujer.

No veo el momento de poder hacerla mía, pero como esta noche no va a poder ser, soy tan débil, que me voy por ahí.

Lo peor, es que supongo que ella lo sabe y si no lo sabe, lo intuye.

No es que me dé lo mismo cualquiera, siempre la voy a preferir a ella…

Me asusta mi propio pensamiento…siempre...me repito y en éste momento tengo un ataque de pánico.

Aparecieron Ludmila y Carlos.

Tomé el café, quemándome la lengua.

-Chicos, me voy, porque...mañana tenemos una entrevista temprano, no te olvides Carlos.

Él me mira asombrado.

-Ahhh, sí, sí, Yo también me voy...te llamo.

Se escucha que le dice