Catalina Abrego de StuartMi pequeño hijo se queja entre risas de mi fuerte abrazo ¡Dios cuanto amo a mi pequeño niño! Me destrozaría perderlo. Temo por su seguridad al igual que su hermana. Pero por Denn, es más angustiante porque esa mujer tiene una fijación malvada en mi hijo pude notarlo el día que invadió nuestra antigua casa.No, tengo idea ¿Por qué esa mujer desarrollo ese odio? Sin embargo de algo estoy segura, no voy a permitir que lo dañe. Ni a Denn, mucho menos a Caty debo detener esto de raíz. Porque aunque amenazo además a mi esposo estoy segura que no lastimaría a Demian. Ya que esa mujer está enamorada de mi marido.Ella nos ve como un estorbo en su objetivo, pero en sus sueños permitiré que esa bruja toque mi familia ¡Con mis niños no se va a meter!Acaricio la pequeña cabecita de mi pequeño hijo besando su cabello para luego cargarlo entre mis brazos.-Mamá no soy un bebé cumplí seis años hace unos días. Ya debes tratarme como un niño grande –Replica mi niño.-Así que
Catalina Abrego de Stuart -Eliza, debes ayudarme ¿Quiero aprender a defenderme por mi cuenta? –Suelto mi petición sin contenerme. Ayer me sentí completamente inútil como la primera ocasión que esa enferma mujer me encontró con la guardia abajo. No, quería que volviera a pasar de nuevo por eso luego de consultarlo con mi almohada ¡Porque ni en sueños se lo mencionaría a mi maridito! Decidí dejar de ser víctima por mi incapacidad de no defenderme. ¡Tomaría el toro por los cuernos! -Señora Catalina, ni en juegos. Sabe en el problema que me metería si el señor Stuart se entera que estoy entrenando a su esposa en defensa personal –Pongo mi mejor rostro inocente porque no solo en eso quiero que me entrene -¡Oh, no señora! Ni, hablar también quiere instrucción en armas. Esta loca… es decir eso no pasara. -Por favor Eliza, mi esposo no tiene que enterarse. Además es mi decisión no de mi marido ¡Si! No está de acuerdo conmigo se tendrá que aguantar –Sí, soy una mujer que no debe pedir pe
Demian Stuart -Me puedes explicar Catalina ¿Por qué mi esposa está sometiéndose a un entrenamiento tan peligroso? Tienes una idea de cuan peligrosa es esa mujer mi pequeña. Ella, con facilidad puede enviarte al hospital sin contar que estas amamantando a nuestra hija. Eso también puede afectar a Caty ¿Quién demonios te metió esa idea de entrena? Elevo un poco la voz porque me siento sumamente impotente y molesto porque mi esposa siempre se ponga en situaciones peligrosas. Sé que con mi actitud simplemente estoy provocando una ola de furia de su parte ¡Conociendo a mi mujer ella no se dejara intimidar! -Pues nadie Demian Stuart, solita decidí… que quería dejar de ser víctima de esa bruja o cualquiera que se le ocurra ser un peligro para mí o mis hijos –Me grita Catalina con sus puños cerrados con fuerza. Mi mujer está apunto de mandarme al diablo por atreverme a regañarla por su falta de cordura. Por lo que inicio con palabras que hagan entender a Catalina mi temor por su segurida
Demian Stuart Su rostro decidido no es ninguna sorpresa para mi Catalina es una pequeña guerrera que no se deja doblegar eso me preocupa. Porque estoy seguro que tarde o temprano, esa personalidad suya puede meterla en problemas muy serios. -De acuerdo, maridito –Maridito, es su forma favorita de nombrarme. Porque relaciono esa palabra con los diferentes estados de ánimo de mi esposa. -Bien, Catalina iniciemos. No, seré amable contigo bebé en la vida real, nadie considerara que eres una mujer si quiere hacerte daño. Ni, importara que seas linda. Al iniciar nuestro enfrentamiento quedo muy sorprendido con las habilidades de mi esposa. Ella, si hubiera recibido la instrucción adecuada desde muy joven. Seria, un verdadero peligro. Tomo a mi esposa por su hombro obligándola a retroceder para hacer con su pequeño cuerpo lo que se me venga en gana. Mi niña debe entender que en un enfrentamiento real tiene mucha desventaja contra un hombre con mi constitución física. De un solo movimien
Catalina Abrego de Stuart Ni, siguiera recuerdo como logre salir de ese lugar por mi propia cuenta. Me sentía muy mal e inútil. Mi mente está dominada por el temor. Esa mujer sigue siendo más fuerte que Yo. Sus amenazas contra mis hijos me dejaron en un estado emocional alterado. -Señora Catalina, está bien ¿Qué sucedió entre usted y esa mujer? No, debí dejarla sola con esa tipa. Tenía que, entrar con usted –Eliza expresa su preocupación y estoy sumamente agradecida. -Está bien, Eliza solo que me tomo con la guardia abajo. Pensé que iba a superar sus malvadas palabras pero ha sucedido todo lo contrario. Para terminar de esa manera. Me afecto más profundamente porque está determinada a dañar lo que me importa en esta vida. Eliza, puedes ayudarme a vencerla en su terreno. Me ayudas a ser más fuerte, por favor como… tú. -Señora Catalina. No sé, ¿Cómo ayudarla? Debe hablar con el señor Stuart… Niego con mi cabeza aunque estoy de acuerdo con ella que mi esposo puede protegernos. Quier
Demian Stuart -Catalina, ¿Por qué no respondiste ninguna de mis llamadas mi amor? Debes considerar mis sentimientos. Me asusta cuando no puedo localizarte. Acaso no te importa que me preocupe por ti mi pequeña. Ella, guarda silencio por unos minutos para luego replicar mis palabras como siempre. ¡Hasta cuando Catalina! -Demian, todo está bien. Deja de ser tan exagerado mi amor. Mejor déjame besarte mi bebé lindo, ven aquí ¿Quiero probar tus labios? –Mi esposa mueve su dedo índice en señal que reduzca la distancia entre nosotros. Esta mujer tarde o temprano acabará conmigo. Catalina, se acerca con pasos lentos al notar mi lentitud en obedecer, hasta colocarse a pocos centímetros de mi cuerpo. Para luego unir nuestros labios en un corto beso. -Mi amor controla esa actitud controladora. Sabes que eso no funciona conmigo Demian. Quieres que te informe todo cuánto hago, eso no se puede bebé ¿Por qué si buscas eso entonces te pido que tú también hagas lo mismo? Golpe bajo mi amor, so
Demian Stuart -Denn, mi amor tranquilo. Solo tomare un descanso de unos minutos, estoy un poco cansada –Mi mujer explica a nuestro artista que es bastante exigente con su dibujo. -Está bien, mamá, pero recuerda que tengo pocos días para terminar mi retrato. Puedes descansar quince minutos –Escucharlo me hace gracia. Nuestro hijo es todo un chico mandón, cuando se trata de su arte. Denn, decidió dibujar a Catalina utilizando vestuario medieval, teniendo como escenario el invernadero. Por lo que mi asistente Alejandro se encargó de los arreglos, contrato estilistas, diseñadores de vestuario y escenografía. Para conseguir la imagen que mi pequeño estaba buscando. Mi mirada se pierde en el dulce rostro que mi esposa mantenía todo el tiempo durante su participación en el dibujo de Denn. Una visión hermosa verla con ese vestuario. Si, hubiéramos nacido en esa época igual fuera mi esposa. La cortejaría hasta que aceptara ser mi mujer, aunque en ese tiempo de la historia ni hubiera sido
Catalina Abrego de Stuart -Catalina, puedes caminar un poco lento. Es peligroso que lleves esa velocidad en tacones mi amor. Pequeña, dime que te pasa ¿Por qué estás actuando extraño? Pareces molesta. ¡Extraño realmente este hombre se hace el que no entiende! ¡Oh, está ciego! A su conveniencia. Para cualquiera es evidente que esa mujer estaba de lo más coqueta con él. Y mi esposo todo sonrisitas con esa tipa. “Su amiga” si, como no, piensa que me voy a tragar eso. Una mujer puede reconocer un antiguo interés amoroso de su marido. Ni idea en qué términos concluyeron. Ni, quiero saberlo. -Maridito, tú eres demasiado listo para no enterarte de nada. Es mejor que me dejes sola por unas horas. De lo contrario diré cosas que serán muy groseras. -Mi pequeña Catalina, espera habla conmigo… -Ni, pensarlo mejor busca otra persona interesada. Porque no estoy con ánimos de discutir contigo, iré ayudar con los preparativos a mi hijo. Te sugiero que todo ese tiempo me dejes tranquila. Habla