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Me levanto lentamente, deslizandome de un sueño en el que estoy volando momentaneamente y luego me zambullo en las próximas aguas azules. Frunso el ceño, mis dedos deslizan la maraña de pelo de la cara. Con un gruñido,levanto la cabeza de la almohada y abro los ojos, parpadeando contra el lavado impregnado de gris deslizándose a través de las cortinas.

Así, me acuerdo de dónde estoy.

Suspirando, me libero de mi sueño favorito.

Me quedo mirando el techo, estudiando las cuchillas agitadas lentas del ventilador mientras descienden y se lavan sobre mí.

Estoy tan lejos de ese sueño, de estar en cualquier lugar en el que pueda volar o nadar libremente. Yo podría llorar de la nostalgia. Y esto que decide por mí. Yo sé lo que tengo que hacer.

Lanzo las mantas y me deslizo de la cama a toda prisa, con la esperanza de estar fuera de la casa antes de que Mamá se levante y se mueva Me estremezco cuando miro el reloj digital. Ya es casi demasiado tarde para eso.

Pero enton
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