Semanas después...Narrado por Abel— ¡¿Qué haces?!—le grito a mi amada loba.—¡Aléjate Abel! Estoy harta de toda esta tortura. ¡HARTA!—Chloë mira hacia abajo desde lo alto de aquél acantilado rocoso.¿Qué pretendía? ¿Por qué haría algo así? Ni siquiera entendía a que se refería con "esta tortura" aunque últimamente la notaba un poco distante y depresiva, y ahora me topo con esto. Intentaba hablar con Chloë pero siempre se reservaba, nunca me contaba todo, no sé si tenía problemas en la escuela o algo pero de igual forma me molestaba que no me lo cuente. Anteriormente sí, ella solía contarme hasta el mínimo detalle, cosa que ni su loba Alice sabía. Chloë empezó a ir a una escuela, a ella le gusta todo lo que tenga que ver con ciencias ambientales, entonces nuestros padres buscaron un lugar donde pueda estudiar y aparentar ser una persona "normal", pero un día para otro todo se volvió atípico en su comportamiento.—¡¡NO!!—me abalanzo hacia ella abrazándola fuerte y echándola hacia atr
—Chloë vámonos—la tomo del brazo y salimos por la ventana que da al patio de su escuela dejando atrás a unos humanos indeseables.Chloë y yo nos adentramos al bosque cercano a su escuela, aceleramos el paso.—Adelántate, tengo cosas pendientes por hacer—mi loba se detiene a mirarme confundida.—¿Cosas por hacer? ¿A qué te refieres?—por un momento parece procesar lo que le acabo de decir— Ahh no, con lo que ya hiciste fue suficiente Abel. Ya no quiero problemas, okay?—¿Vas a permitir que sigan con la mente tranquila después del daño que te hicieron todo este tiempo? Si tú no vas a poder, entonces me encargo yo. Así que no trates de impedirme porque ya tomé una decisión y tú más que nadie sabe que cuando me propongo en hacer algo, no me detengo. Chloë queda en silencio y sin decir nada se marcha a la manada perdiéndose en la inmensidad del bosque.Retomo el camino a la escuela.Voy llegando y veo multitudes de personas en la entrada del salón de Chloë. ¿Aún no salen? Creí que ya se ha
2 meses después...Narra ChloëHan pasado muchas cosas estos tiempos últimamente. Dejé de ir a la escuela porque ya no quería que me sigan amedrentando. Es más, Abel me sacó de allí. Por otra parte, Abel hizo algo muy atroz hace unos meses, algo que involucra a personas inocentes tal vez, aunque de inocentes no tenían ni una pizca, eran los que me hacían sentir pésima los que me humillaban y hacían la vida imposible por mantener relaciones con mi hermano. Lo bueno de todo es que pasaron 2 meses desde entonces, hasta ahora he sentido una paz y tranquilidad. ¿Qué podría salir mal?Desperté en medio de la noche. Me fijé en el reloj y marcaban las 05:45 de la mañana, me martillaba la cabeza, era insoportable. Tenía náuseas y ganas de vomitar.Se me hacía raro tener este tipo de dolores, porque en mucho tiempo no volví a sentir nada de esto hasta ahora.Caminé toda mareada hasta el baño y apenas llegaba se armó un charco de vómito en la puerta. Supongo que me habrá caído mal la cena de ano
Estoy asustada y mi cuerpo empieza a temblar levemente. Creo que no tengo salida. Solo espero que Abel o alguien aparezca pronto porque no duraría toda la vida escondida de un vampiro. Mis movimientos son sigilosos, pero mi pie resbaló e hizo un ruido que llamó la atención del chupa sangre ese.—Puedo oler tu miedo, ¿sabes?—su risa es tan malvada que hizo erizarme la piel.Se pasea por el lugar con las manos atrás, caminando ida y vuelta una y otra vez.—Yo que tú saldría de tu escondite. Porque yo podré ser un vampiro—queda en silencio por un momento—Pero yo mismo me desconozco cuando obligo a alguien a hacer algo que no es de su agrado—añade—Así que, te conviene salir de ese ridículo y mugroso escondite.Me mantengo firme. Vuelvo a mirar por el orificio, el vampiro ya no está. Lo busco con la mirada pero no logro encontrarlo.—¿Me buscabas?—me dijo al oído apareciendo detrás mío.Me asusté tanto que retrocedí, sus ojos brillaban, su mirada penetrante no se despegaba de mí. Siento c
Lo más hermoso que pudo haberme pasado es ser madre, tener a mi bebé. Sin embargo, nadie se preparó para tener este papel, no existe escuela de padres, no existe ningún seminario para enseñar a ser padres, nada. Eso sí, cada uno va enseñando valores a sus hijos, y ellos con él tiempo lo pondrán en práctica.Por eso estoy tan orgullosa de tener a un hijo el cuál haya aprendido muchas cosas de lo que le enseñé. A respetar, a ser alguien de mente abierta para que no termine juzgando ni criticando a los demás ya sea por su apariencia física, forma de pensar o la forma de ser.—Connor cariño, ven.—se encontraba jugando en el pequeño parque que se hizo en el patio de nuestra nueva casa, es un niño maravilloso. Ya tiene 4 años, y entiende perfectamente muchas cosas, se expresa muy bien y con un intelecto algo avanzado.—Mami, ¿puedo tomar helado, si? por favor—me hace un puchero tan tierno que acabaría convenciéndome, pero no.—Ahora no cielo, más tarde tal vez. Debo bañarte, estás todo suci
Mi madre seguía caminando hasta que llegamos a un lugar similar a nuestra manada, pero definitivamente no lo era.-Mamá, ¿qué hacemos aquí? Este no es nuestro hogar-dije mirando el lugar cruzándome de brazos. Ella no respondió, ni siquiera volteó a verme.Era extraño, un lugar algo oculto, nunca había estado aquí. Ya me estaba cansando de estar parada mucho tiempo. Debería estar recostándome y no hacer nada, porque se supone que mi embarazo es riesgoso y no debo hacer ningún esfuerzo, menos caminar mucho, como lo acababa de hacer.Aún me preocupa Abel, porque mi madre en todo el camino no mencionó ni una sola palabra, ella no me había dicho donde estaba Abel cuando literalmente venía preguntándole más de 500 mil veces, sin embargo, no respondía y solo se quedaba callada. Eso hace ponerme más nerviosa y preocupada.-¿No piensas decirme algo siquiera? Llevo tiempo preguntando que es este lugar y en dónde está Abel y no me respondes nada-algo molesta le tomo del hombro y le doy la vuelta
—Chloë...—dijo Abel sonriente, intentando subir las escaleras pero se lo impedí.—No te me acerques—fruncí el ceño e inmediatamente retrocedí. No quisiera tener ningún contacto con Abel, no quiero que me toque con esas manos sucias con las que seguramente cerró un trato turbio. Y no sólo eso, porque estoy casi segura que traicionó a toda nuestra familia y manada aunque ya no se sepa de muchos luego del atentado de aquella vez.Sentía tanta impotencia, que mi respiración era acelerada y por más que quiera controlarlo no podría. Era imposible pensar en cualquier otra cosa teniendo en frente a un imbécil como Abel.¿Cómo se le ocurre aparecerse luego de haberme abandonado? Digo, al menos hubiera estado presente en el peor momento de mi vida donde casi pierdo a mi bebé.—Pero Chloë...—Tampoco quiero que me hables, ¿oíste?—lo miro a los ojos con decepción antes de girarme por mis talones irme a mi habitación.—Puedo explicártelo, por favor, solo quiero que me escuches...—siento como me si
Todo ha ido normal hasta ahora. Sin embargo, hubieron más que otras discusiones entre mi mamá, mi papá y yo. Abel no ha vuelto desde que le dije que se marchara, no me arrepiento, porque se comportó como todo un imbécil, y se lo merece.—¡Chloë voy a salir al bosque a hacer unas cosas, no me tardo!—anunció mi madre desde abajo.No respondí, ya que ella sabe perfectamente que escucho muy bien puesto que la casa en dónde nos mudamos recientemente es algo grande y hay ecos en cada rincón. Es la casa de un hermano que supuestamente tengo y que para completar no lo conozco, y la verdad no sé porqué lo tiene tan grande si él era el único quién lo habitaba. En fin, me quedé sola y el silencio se apoderó de toda la casa, seguía en mi habitación con el celular, revisando mensajes de antes. Tenía varios, uno tras otro, eran los de Abel pidiéndome que lo perdonara y que le deje hablar conmigo, lo ignoraba pero aún así era tan insistente que hace unos días tuve que bloquearlo en todas partes. Me