Sus respiraciones se volvieron pesadas entre tanta tensión, Ascher se detiene, tira la correa en el suelo y se incorporó. La veía como si aún fuera increíble, su larga melena recogida, pero deshecha, su cuerpo desnudo y en cuatro, sus piernas lo suficientemente abiertas como para darse vida para hacer lo que le plazca, claro que estaba dispuesto hacer esto todo los días cuando todo acabará, es lo único que deseaba y en tal caso de no poder, se conformaría estar abrazado con en la cama.

Una sonrisa se formó en el rostro de Ascher por imaginarse un futuro juntos, porque ambos sabían que él le daría todo así ella no lo quisiera.

Holly notó que Ascher parecía estar en su mundo, ya que ni la tocaba, solo la admiraba y ella no sabía si eso era bueno o malo.

—¿Te hace sentir poderoso tenerme así? —pregunta divertida.

—Eres la única que tiene el poder sobre nosotros —responde embobado.

—Pero a veces me encanta que lo tengas. —Empuja su trasero p