—Realmente mi esposa es morena, pero Ally es rubia por su abuela —responde Trevor.

—O entiendo, igual tu mamá debe ser muy linda —hace otro cumplido.

—Si que lo es, mi papi está bobo por ella, ¿verdad? —Lo mira y él asiente.

Para ellos era una especie de juego, un juego muy agradable para ambos, realmente se sentía muy bien al llamarse padre e hija.

Una vez que compraron las cosas, regresaron a las gradas, buscaron a Holly encontrando sus asientos libres.

—Se tardaron un poco. —Holly libera los asientos para que ellos puedan sentarse.

—Había una enorme fila —responde Trevor con una cesta de compras al igual que Ally.

Una vez que terminará el partido, debían regresar esas cestas, era prestadas para la comodidad del público y había un límite, solo había la cantidad de cestas tanto como los asientos, pero habían más personas que asientos.

—Me gusta sus camisas. —Nota de inmediato aquella especialidad y también ve lo que dice atrás.

—Si nunca sabré quien es mi padre, ya es hora de que Tre