"¡La vida es una constante, pero solo tenemos que aprender a nadar en sus olas para llegar a la próxima tierra firme!"

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Al detenerse frente a una mansión en la parte más tranquila de Seattle, Freud Benett les da una calurosa bienvenida a Bronck y Berriere. Se abrazan y él los mira a los dos tomados de la mano y sonríe satisfecho.

" ¡Sean bienvenidos! "Saludarlos. “Cuando sea hora de ir a casa, llámame Sr. Mondovia. —pregunta Benjamin desde el interior del Mercedes.

“Está bien, ve con cuidado Benja. “Bronck le advierte.

Acomódese y encienda el auto saliendo de la propiedad.

"Gracias por tenernos. “ Tímido gracias pasando por las puertas.

Bronck hace lo mismo y nuevamente conecta sus manos haciendo feliz a Berriere.

“Lisi estará aquí. “Disculpa por verte solo.

Ambas cosas lo siguen, Bronck