La Perspectiva de Catherine

Me senté en el coche. Me incliné sobre el volante y lloré con fuerza, desahogando todas mis quejas.

Si eso era realmente lo que Alpha Wyatt quería, podría perdonar a Gina por usar mi nombre para disfrutar de cinco años de riqueza y gloria. Pero a partir de ahora, ya no estaría relacionada con la Manada Luna Negra, porque mi relación con ellos se había convertido en nada más que un intercambio.

Después de llorar durante un buen rato, me di cuenta de que estaba oscureciendo fuera de la ventana. Miré la hora. Eran casi las siete.

Me sequé las lágrimas y abrí la ventanilla. El viento frío de la noche me heló al instante.

Sin embargo, por más frío que sintiera, no quería cerrar la ventana. Debería dejar que el viento hiciera que mis ojos ya no estuvieran rojos e hinchados.

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