Enrique estaba sentado en la audiencia, mirándolo con desdén, —¿Tú crees que así te ves, como un presidente con un corte de cabello tan alto? ¿Todavía te crees un soldado en el extranjero? No prestas atención a tu apariencia en absoluto. Además, te hicieron una cirugía anteriormente y todavía tienes grandes cicatrices en tu cuero cabelludo. ¿Por qué no usas una peluca para cubrirlas? ¿No te da pena que te vean así?—Toda la ciudad de México sabe en este momento de mi lesión. Ocultarlo no sirve de nada. Además, ¿qué tiene de malo tener un corte de pelo tan alto? Incluso si me afeito la cabeza, ¿no afectaría mi apariencia de ninguna manera? —Alejandro bajó la mirada, su tono frío y distante, pero con gran confianza en sí mismo.Enrique apretó los labios. Aunque en muchos aspectos no le gustaba este hijo suyo, no se puede negar que, en cuanto a apariencia, este joven heredó todos sus atributos y los de su madre, siendo prácticamente perfecto.—Mañana buscaré a alguien para que te haga una
¡Plop! Carolina torció el tobillo y agitó los brazos en el aire mientras su bolso de Hermas volaba, por los aires, terminando ella misma cayendo al suelo de manera cómica y desordenada.—¡Ah! ¡Me duele mucho!Se sentó en el suelo con lágrimas en los ojos, sus labios temblando sin parar.Normalmente, cuando un hombre ve a una belleza caer al suelo, especialmente si es por su culpa, lo más correcto es acercarse y ayudarla.Pero Alejandro, como si no hubiera pasado nada, se movió tan rápido como el viento y desapareció ante sus ojos en un parpadeo.En ese momento, César corrió hacia ella.Miró a Carolina miserablemente tirada en el suelo, solo le echó una mirada de reojo y luego siguió los pasos de Alejandro y se fue.En cuestión de segundos, Carolina comenzó a dudar de su apariencia siempre segura.Dicen que nadie se atreve a ayudar a una anciana que cae al suelo, pero ¡¿cómo es posible que nadie ayude a una belleza como ella?!—Carolina, ¿por qué estás sentada en el suelo? ¡Qué aspecto
Al llegar a este punto, Alejandro sintió un fuerte dolor en su pecho, sus ojos se enrojecieron y apretó el volante hasta que chirriaba....Zona oeste, en un hotel.El traje de Alejandro estaba empapado de sudor cuando entró al vestíbulo del hotel, y su teléfono estaba húmedo en la palma de su mano y vibraba continuamente.Miró hacia abajo y vio que era una llamada anónima.—¿Hola? —Alejandro habló con voz profunda y firme.—Señor Hernández, es en el piso veinte, habitación 2051—se escuchó una voz masculina desconocida al otro lado. —He dejado la tarjeta de entrada en la maceta junto a las escaleras del piso veinte. Si desea salvar a la señorita Clara, ¡debe hacerlo lo más rápido posible! Si se retrasa, lo que podría suceder es inimaginable. ¡No se arrepienta después, de no haberlo hecho!Alejandro dio un paso adelante, pero de repente frunció el ceño. —¿Quién eres realmente? ¿Fuiste tú quien me envió las fotos?Hubo un silencio al otro lado.—Eres un paparazzi o ¿te están utilizando?
—Ponte la ropa—las venas en la parte posterior de la mano de Alejandro, apretando el puño, parecían a punto de estallar, sus anchos hombros temblaban de ira, e impotencia.En esta situación, él no podía explicar nada, solo podía irse de inmediato.—¡Voy a llamar a tu hermano mayor para que venga y te lleve de regreso! —dijo sin siquiera mirar hacia atrás mientras se preparaba para irse.—Hermano Alejandro, no... ¡no te vayas! —Jimena se lanzó hacia él con gran rapidez, abrazándolo fuertemente desde atrás, su cuerpo desnudo se pegaba indecentemente a él, como si quisiera fundirse con él. —Hermano Alejandro... tengo mucho miedo, estoy tan asustada. Por favor, no te vayas, ¿está bien?Alejandro la miro y con gran desprecio le ordenó fríamente: —Suéltame.—No... ¡No lo haré!Jimena no se rindió, frotando su cuerpo contra la espalda amplia y masculina de él, liberando feromonas masculinas sin restricciones, llevando su audacia hasta el final. —Desde que era pequeña... nunca he tenido novio,
En el hospital, habitación VIP.Pol, se colocó el uniforme de paciente y se acostó en la cama. Su rostro delicado y hermoso había perdido su cálido color, sus labios estaban tan pálidos como los pétalos marchitos de una flor, tan débil que inspiraba compasión.—Señor García, ¿por qué eres tan tonto? — El secretario estaba junto a la cama y todavía estaba muy asustado. —¿Sabes que casi te aplasta ese caballo y sufriste graves heridas? Si te hubiera aplastado, es muy probable que hubieras muerto en el acto, sin esperanza alguna. Todo el sufrimiento y los planes que has hecho en Austria habrían sido en vano.Pol abrió sus ojos suavemente y levantó las comisuras de los labios. —Héctor, parece que realmente te preocupas por mí y que realmente te importo.Héctor se sorprendió y las lágrimas brillaron en sus ojos mientras bajaba la mirada. —Señor García...Lo había estado siguiendo durante ocho años, antes era su lacayo y ahora su secretario, aunque su posición había cambiado, su estatus no l
Frente a la franqueza de Clara, Pol sintió una explosión en su cuerpo, sentía como si su organismo explotara en mil pedazos, sus manos apretaron con fuerza las esquinas de la almohada.—Alejandro y yo, estuvimos durante tres años casados, pero lo conozco desde hace más de tres años. Es mucho más tiempo del que te puedes imaginar—dijo Clara con un tono tranquilo, como si estuviera hablando con un amigo. Sin embargo, no podía negar que cada vez que esos recuerdos rozaban ligeramente su corazón, sentía un dolor muy agudo, que se extendía por todo su ser. En un momento de mi vida todo giraba en torno a él. Luego, se divorció de mí, como si me hubiera arrancado el corazón por completo. Desde entonces, mi cuerpo tiene un defecto irreparable, como una discapacidad incurable. Si estuvieras en mi lugar, ¿podrías simplemente ignorarlo? ¿Podrías actuar como si nada de eso hubiera existido?—Clara, yo... —comenzó Pol.—Pero no pienses, que en toda mi vida solo estoy dependiendo de Alejandro. No es
......¡Bam! Clara golpeó con fuerza la puerta del baño y se sentó en la tapa del último inodoro. Apretó con fuerza los labios, y se volvió totalmente loca revisando las tendencias y comentarios en Twitter.Gotas de sudor del tamaño de grandes perlas caían sobre la pantalla deslumbrante.“¡Jajajaja! ¿Qué dije? La boca de los hombres engaña a los espíritus, ¡las piernas de los hombres están destinadas a la total infidelidad! ¿Cómo si hay rumores de que Alejandro está teniendo un romance apasionado con la señorita Clara? Ha salido en su defensa en varias ocasiones, y ahora está involucrado con Jimena. “¡Qué repugnante es ese tipo!”“¡El mayor desgraciado del siglo!”“Todo es falso, les digo. Alejandro en realidad solo quiere trepar al árbol de los Pérez y convertirse en el yerno multimillonario. Si realmente se convierte en pareja con Clara, sería una unión entre dos grandes clanes, los Hernández y los Pérez. A partir de entonces, tendría a Julio como suegro, este sería un gran respaldo.
En la pantalla no aparecía un nombre, sino una serie de números.Alejandro siempre tenía dos números, uno era su teléfono personal y otro era el número que usaba para el trabajo. Ella los recordaba muy bien.Normalmente, solo le llamaba desde su teléfono personal en privado, lo cual resultaba muy extraño.El corazón de Clara se apretó un poco. Contestó y lentamente acercó el teléfono a su oído, pero no dijo nada.—Clara—la voz de Alejandro sonaba ronca y muy desgastada.Clara cerró los labios rojos y sus pestañas temblaron ligeramente.—Clara, por favor, confía en mí. ¡Me han tendido una vil y malévola trampa!Alejandro sabía que no era fácil que ella contestara, no tenía tiempo para rodeos, solo podía ir al grano. —Esto es una completa trampa muy compleja y en cadena. Jimena no tiene la capacidad para hacer algo tan complicado, definitivamente hay alguien detrás de ella empujándola.Y la carnada que me dieron no fue Jimena... ¡fuiste tú!—Dentro de media hora.Clara bajó tristemente l