Los hombres alrededor de Clara eran todos preparados o de la alta sociedad, y ahora todos sabían que tenía un hermano militar y más con el rango de coronel.—Clara, ¿no te han hecho daño alguno? — Arturo agarró los hombros de Clara y revisó su cuerpo una y otra vez.—Estoy bien. Vámonos ya, Arturo.Clara no quería que Arturo se quedara junto a Alejandro, temiendo que pudiera haber un conflicto, así que estaba a punto de llevárselo.Pero lo que temía sucedió. Arturo habló fríamente: — Aarón, hermano mayor , lleven a Clara primero. Yo al rato iré con ustedes.—¡Arturo! — Clara frunció el ceño, su llamada se encontraba llena de angustia—Hermanita, mejor ya vámonos.Diego tomó el brazo de Clara y miró a Alejandro. En voz baja, le susurro: —Sabes que Arturo es el más estable emocionalmente, el más amable de todos. No te preocupes, él sabe muy bien lo que hace.Clara suspiró y pensó que probablemente no pasaría nada en el hospital, así que se fue primero con Diego.La mirada ardiente de Ale
En el pasillo.César se encontraba de pie, frente a la puerta de la sala, observando las dos filas de guardias de seguridad que estaban de pie en el pasillo, esperando imperturbables. Tal cual como en la milicia, la uniformidad de sus movimientos y su actitud, así como su aura imponente, lo hacían temblar de nervios.La puerta se abrió y los pasos de botas militares resonaron en el suelo, produciendo un sonido frío y metálico.Arturo ajustó su gorra militar y salió de la habitación, con una expresión de desconcierto. Después de años en el ejército y una estricta disciplina militar diaria, era aún capaz de mantener la calma frente a estos sucesos.—¡Saludo! — Los guardias de seguridad se pusieron firmes y realizaron un saludo militar.—Tiempo de regresar— dijo Arturo con indiferencia, y pasó junto a César. Los guardias de seguridad lo siguieron y se marcharon.El pasillo volvió a quedar en silencio.César se sorprendió al observar, la apariencia apuesta y decidida de Arturo, su postura
—¡Hermano mayor! ¡Ya suéltame un poco, que me estas asfixiando hermanito! Arturo vio a Clara sacar la lengua y abrir exageradamente sus ojos, así que rápidamente intervino para aflojar el agarre de Javier en el brazo de Clara.—Vaya amistad la de ustedes dos, realmente da envidia, pero de la buena — bromeó Víctor, mientras hacía una broma a Javier y se llenaba la bocotá con una torta de jamón. Inés no pudo evitar cubrir su pequeña boca de deliciosas cerezas. Siempre había sido tranquila y reservada frente a sus hermanos, por lo que escuchar esa broma casi hizo que se le saliera la bebida de la boca.Diego, preocupado de que Inés se atragantara, le dio palmaditas en la espalda y bromeó con Javier de manera despreocupada. —Efectivamente, Clara ha escapado de un gran peligro, así que no deberías decir cosas desafortunadas todo el tiempo, eso atrae mala suerte.—¡Solo me preocupo demasiado por mi hermana, no puedo controlar lo que digo!Clara fue arrebatada de los brazos de Javier por Art
—Entonces, primero brinda mi hermana— Inés levantó su copa con ambas manos, con sus mejillas sonrojadas y una expresión sincera. —Brindo por tu pronto ascenso, hermana. ——¡Me encanta oír eso de ti, hermanita! — Clara sonrió con los ojos brillantes y vació su copa, enviándole a Inés un beso volador.Inés, tímidamente, bajó la mirada, con las mejillas enrojecidas de vergüenza.—¡Brindemos por Clara! ¡Que todos sus deseos se cumplan! ¡Salud! — los hermanos alzaron sus copas, disfrutando de la alegría y la calidez de la ocasión.Clara escuchó el sonido cristalino de los vasos chocando, y sintió las miradas sinceras que la rodeaban. Se conmovió profundamente y lágrimas de gratitud brillaron en sus ojos.La cena terminó en un ambiente cálido y conmovedor. Clara y Arturo se abrazaron, pasando de risas y alegría durante la comida a una despedida emocional con lágrimas en los ojos.En realidad, el regimiento de Arturo estaba en Cielo Estrellado, no demasiado lejos de allí. Sin embargo, debido
Inés ya estaba un poco ebria, pero de repente fue abrazada por Aarón y recuperó en gran parte la sobriedad. Su rostro, sus mejillas rosadas como pétalos de durazno, sus puntiagudas orejas y su largo y blanco cuello de cisne se tiñeron de un rubor deseable.—Señorita, ten cuidado— Aarón pensó que estaba muy ebria al verla tambalearse, y su preocupación se evidenciaba en sus ojos. Extendió su largo brazo y rodeó su delicada cintura, abrazándola más fuerte.De repente, su garganta se secó y su corazón palpitó con más fuerza. La cintura delgada y suave que sostenía lo dejó momentáneamente sin palabras, y un suspiro involuntario surgió desde lo más profundo de su corazón.Aarón era un caballero de principios y no un hombre que actuara impulsivamente por el deseo. Rápidamente recuperó su compostura y su apuesto rostro no mostró ninguna expresión.—Inés, esta noche será tu hermana menor quien te lleve de vuelta— Clara siempre fue muy atenta, pero no notó ninguna relación especial entre ellos.
En el camino de regreso, Clara se recostó en el hombro de su hermano mayor, sintiendo un ligero cansancio. En realidad, ella tenía curiosidad por saber qué había dicho Arturo exactamente a Alejandro. Sin embargo, pronto desechó esa idea de su mente. Probablemente no habían sido palabras amables, ni tampoco palmaditas de consuelo. A pesar de su apariencia gentil, Arturo a veces podía ser más implacable que ella.—No, Diego, ¿qué quieres decirme? — Clara parpadeó con sorpresa cuando su hermano le habló en voz baja.—Clara, sabes a lo que me voy a referir, pero ¿no has notado algo extraño entre esos dos? — Diego sonrió levemente. —Quizás me equivoque, pero siento que hay una tensión extra entre Aarón e Inés.Clara lo miró con incredulidad. —No hagas ese tipo de chanzas ¿Estás seguro no son los tragos de mas nublando tu cabeza y haciéndote ver sandeces?—Nunca bromeo sobre asuntos de relaciones entre hombres y mujeres— respondió Diego con seriedad. —No sé si lo notaste, pero cuando Aarón e
Un fuerte ardor parecía inundar su pecho, apretando sus entumecidos dedos de la rabia que sentía al enterarse semejante despropósito. ¿Por qué Alejandro podía ser tan amable con Clara y, al mismo tiempo, ser tan cruel con la que una vez fue Irene?—Hermano, tú conoces mi naturaleza. Siempre he sido alguien que aborrece el mal y distingue claramente entre el amor y el odio. Quizás lo que dices sea cierto, que los sentimientos son difíciles de comprender en su totalidad, pero yo no estoy de acuerdo con eso. Sé muy bien lo que quiero y lo que otros quieren de mí.Clara observó pensativamente por la ventana con la voz entrecortada y los ojos enrojecidos. —Mi relación con Alejandro se ha vuelto demasiado complicada, y en medio de todo esto, el amor se ha ido. Entregar mi vida, quemar toda mi juventud amando a alguien, sufrir tanto sin obtener nada a cambio, hacerlo una vez en la vida es más que suficiente.Aarón conducía a Inés de regreso a la escuela, ambos con sus pensamientos, en silenc
Inés, al ver a esta mujer, sus pupilas se contrajeron bruscamente, su espalda se empapó con gran sudor y su cuerpo temblaba con gran intensidad en los brazos de Aarón.La mujer se llamaba Fátima, y compartía escuela y carrera con ella. Siempre habían tenido problemas, Fátima la molestaba y la humillaba una y otra vez.De repente, a Aarón le vino a la mente que había escuchado a la señorita mencionar que Inés tenía mucho miedo de cruzar la calle y de los autos que pasaban a toda velocidad.En aquellos tiempos, cuando Luz se casó con Julio, aunque tenían muchos hijos, todos eran aún muy jóvenes. Algunos envidiosos de la familia Pérez, al ver que no podían hacer frente a Julio, pusieron sus manos en sus hijos.En ese momento, aquellos competidores pensaron que Luz era la esposa menos favorecida y que sus hijos serían los menos queridos. Así que decidieron atacar a Inés, que solo tenía siete años en ese momento, jurando hacer que Julio, quien les había arrebatado el negocio, sufriera.Aunq