Capítulo504
Hugo no haría nada que dañara su reputación por una simple mujer. Viendo la armoniosa figura de Aarón e Inés alejándose, recordó los ojos enrojecidos de Aarón cuando peleaba por ella. Hugo de repente se dio cuenta de algo y levantó una ceja maliciosamente. —Si puedes ser el ahijado de Julio, ¿por qué yo no puedo ser su yerno?

Aarón llevó a Inés de regreso a su habitación y cerró la puerta con fuerza.

—Inés, esto es incómodo— Inés se recostó en el sofá boca arriba, su pecho subiendo y bajando mientras respiraba con dificultad. Había estado recuperándose de su ebriedad, y ahora se sentía mareada de nuevo.

Aarón, que inicialmente estaba lleno de enojo, se calmó al verla sentirse mal. —Siempre has tenido poca resistencia al alcohol. ¿Por qué tomaste tanto? — Suspiró mientras agarraba una taza del centro de mesa y le sirvió un vaso de agua, ofreciéndoselo. —Inés, ya bebe un poco de agua.

—No necesito, no quiero beber— Inés se volvió y murmuró con amargura. —Vete, quiero descansar un poco.

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