Capítulo222
Pero ella solo sintió extrañeza y malestar, como si una fila de pequeñas hormigas estuviera subiendo por su tobillo hacia la pantorrilla, haciéndola sentir incómoda. La tardía ternura era como una lata de comida caducada, sin dulzura, solo un olor rancio.

Clara sacó su teléfono y llamó a Aarón: —Aarón, estoy en la Ciudad de México, en Villa Mar. Ven a recogerme ahora.

—¡¿Qué?!— Aarón exclamó sorprendido—¿Cómo es que estás ahí?

—Hablamos cuando llegues—respondió Clara.

Colgó el teléfono y se dirigió directamente hacia arriba.

No quería quedarse mucho tiempo allí, solo quería empacar su ropa para poder regresar a casa directamente cuando llegara Aarón.

Su antigua habitación estaba cerca de la de Noa, y después de preguntar a los sirvientes, se enteró de que Noa había dejado la escuela y estaba en casa. Pensó en ir a verla.

Justo cuando Clara llegó a la puerta de la habitación de Noa, oyó la voz estridente y agresiva de Leona, como una mujer malhablada insultando a alguien.

—¡Pequeña zorr
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