Esta pregunta dejó a Pol perplejo al instante.

—Todo lo que necesito es el nombre, dirección y foto de esa persona—dijo Ernesto mientras volvía a beber.

Pol miraba fijamente la figura Ernesto, con una sonrisa forzada. —No necesito Ernesto mates a nadie, solo necesito que mantenga a alguien bajo control para facilitar las cosas.

—Entendido, me lo enviarás cuando esté listo—respondió Ernesto después de terminar su última copa de licor. Se levantó con desdén, metió las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero y salió de la habitación con paso firme.

Después de beber tanto, el hombre aún podía caminar perfectamente en línea recta, tenía algo. Sin embargo, parecía mantener un paso firme, como si no estuviera borracho.

Pol lo observó mientras se iba. —Ya he preparado una suite de lujo para ti, Ernesto. Puedes subir y descansar.

—El señor me ha proporcionado un lugar para quedarme. Solo seguiré sus instrucciones—dijo antes de cerrar la puerta de un fuerte portazo.

Pol se quedó solo en l